
Carlos Tavares ha anunciado de común acuerdo con el rey Mohamed VI la implantación de una fábrica en la región marroquí de Kenitra. Estaría lista para producir vehículos a partir de 2019 y su producción alcanzará los 200.000 vehículos al año en 2023.
La expansión industrial del grupo francés PSA por África de Norte y Oriente Medio han decidido esta planta de fabricación estratégica en Marruecos. La inversión total destinada a la fábrica de Kenitra es de 557 millones, de los cuales la casi totalidad va a ser aportada por PSA -95 %-.
Obedeciendo al nuevo planteamiento "Back in the Race" emprendido por el grupo, el establecimiento de la primera planta de fabricación marroquí al norte de Rabat se destinará a la fabricación de modelos utilitarios y compactos para surtir a los mercados del propio Marruecos, Túnez, Egipto, pero también otros países del entorno mediterráneo como Turquía. Como indicó Carlos Tavares, se trata de un primer paso en pos de un crecimiento rentable.
Las ventajas fiscales y los bajos costes salariales permitirán a PSA producir en Marruecos de forma rentable y aumentar significativamente su penetración en los mercados norteafricanos y de Oriente Medio. En Francia, los sindicatos ven con buenos ojos la expansión mundial de PSA, pero se recela de la fabricación a bajo coste. El ejemplo de Renault y su planta rumana para fabricar el Dacia Logan, en principio destinada a los mercados emergentes, todavía está presente con el efecto de los vehículos low cost en competencia con los fabricados en el viejo continente.
Al respecto, Carlos Tavares ha salido al paso declarando que la nueva fábrica de Kenitra no perjudicará en ningún modo a las plantas europeas de PSA.
De paso, los responsables del grupo han anunciado la próxima implantación de otra fábrica, aunque más modesta que la marroquí, en Argelia mientras prosiguen las negociaciones para reanudar el ensambalje de vehículos en Irán, interrumpido por la guerra.