Motor

El nuevo Jaguar XE, al detalle

Coincidiendo con el inicio de su comercialización, nos ponemos a los mandos de la nueva berlina británica. Probamos a fondo varias versiones y analizamos virtudes y defectos de un modelo que se convertirá en pilar fundamental para la marca. Así es el nuevo Jaguar XE.

Jaguar tiene preparada una ofensiva para este año, en la que entran en juego varios modelos que, sin duda, serán piezas clave para la marca. De entre todos ellos destaca el Jaguar XE, una berlina que se sitúa por debajo del XF y que va a dar mucho que hablar. Rival directo de los Audi A4, BMW Serie 3 o Mercedes-Benz Clase C, el británico llega ahora al mercado para convertirse en el nuevo escalón de acceso a la gama y en un imán para una nueva clientela que quizá nunca hubiera pensado tener un Jaguar.

Estreno de la nueva plataforma modular

A estas alturas, no son pocos los fabricantes que emplean plataformas modulares como método para contener costes a la hora de hacer crecer sus gamas. Por supuesto, Jaguar se ha querido sumar a esta moda y el modelo elegido para dar a conocer esta nueva estructura de aluminio y 251 kilos de peso es precisamente el XE. Pero no será el único que la utilice, ya que varios modelos pertenecientes a diferentes segmentos se beneficiarán de ella en un futuro próximo. Entre ellos, el esperado SUV F-Pace, que podremos ver en vivo en el próximo Salón de Frankfurt.

Esta plataforma, que sirve de espina dorsal al Jaguar XE, es importante porque ayuda a reducir el peso total y a mejorar la eficiencia. Gracias a ella y a los nuevos motores de la familia Ingenium, ha sido posible fijar el punto de partida en términos de consumo y emisiones en unos respetables 3,8 l/100 km y 99 gramos de CO2.

Para mentes racionales, pasionales o ambas

El propulsor que consigue esas cifras récord que acabamos de citar es el 2 litros diésel de 163 CV asociado al cambio manual de seis velocidades. Una opción mecánica que, sin embargo, los responsables de Jaguar aseguran que prácticamente no tendrá demanda entre los particulares. Y es que el siguiente escalón de potencia de este motor (180 CV) sale al mercado con el mismo precio de partida y sus prestaciones son sensiblemente superiores, mientras el consumo apenas sube 4 décimas de litro. Por si alguien se pregunta qué sentido puede tener entonces esa versión de acceso menos potente, la respuesta está en el mercado de las flotas. Aquí la firma británica no ha dado puntadas sin hilo, ya que sabe que a este sector -que podría ser muy representativo en cuanto a ventas- lo que más le interesa son las versiones con baja carga fiscal.

El motor diésel (al menos el de 180 CV que hemos podido probar en la presentación a la prensa) interesa porque va muy fino en comparación al cuatro cilindros de 2,2 litros que montan otros modelos de Jaguar. Mejora el sonido, se reducen las vibraciones, gasta como un mechero? En fin, todo muy correcto. Pero como no todo esta vida es gasóleo, y menos en un modelo que vende deportividad y distinción por los cuatro costados, el nuevo XE cuenta con otros tres motores, esta vez de gasolina, que amplían la oferta mecánica y que añaden un poco de picante (o mucho) al asunto.

Empezamos por el más potente, un 3.0 V6 sobrealimentado, que hemos podido conducir intensamente durante una larga ruta por carreteras reviradas e incluso en circuito, exprimiendo al máximo sus posibilidades. Por el momento y hasta que una posible versión XE R diga lo contrario, este es el más deportivo de la gama. Sin llegar a ser radical, este V6 tiene un funcionamiento realmente convincente: acelera de forma lineal y muy viva en todo el rango de revoluciones gracias al compresor -que no turbo-, suena que da gusto, sobre todo desde fuera por el sistema de escape deportivo que monta, y en general, logra transmitir grandes dosis de diversión a los mandos. Una versión con un toque pasional bastante marcado, que además cuenta con una puesta a punto de chasis muy acertada, deportiva pero no incómoda.

Los otros dos motores de gasolina parten de un mismo bloque 2.0 turbo y entregan 200 y 240 CV. El más potente de los dos entrega unas prestaciones superiores a lo que demanda la mayoría de los mortales y tiene cierta rabia cuando se pisa a fondo el pedal derecho. Un motor que puede ser muy divertido o relativamente contenido si se conduce de forma suave. Quizá el más equilibrado del grupo de los gasolina. Del menos potente de todos no tenemos aún referencias, pero viendo como se comporta la variante de 240 CV, todo apunta a que la de 200 CV será un acceso a la gama más que interesante. En cualquier caso, quien busque reducir consumo que apunte directamente a los diésel, porque los de gasolina, por mucha eficiencia que prometan sus cifras oficiales, aumentan el gasto considerablemente en la vida real.

Las transmisiones disponibles son dos: una manual de seis velocidades (sólo para los diésel) y una automática de 8, que viene de serie en los gasolina y es opcional en los diésel. En otros casos apostamos por el cambio manual, pero con el XE no vemos motivo para hacerlo. En primer lugar, porque el automático aprovecha realmente bien las posibilidades de cualquiera de los motores y funciona de forma suave y rápida; segundo, porque el manual nos ha gustado poco por su tacto y por la ubicación de la palanca, que hace los movimientos del brazo un poco forzados. Probablemente, el sobrecoste de 2.500 euros de la caja automática sea una buena inversión.

Diseño: por la vía conservadora

El nuevo Jaguar XE ha sido diseñado por Ian Callum, quien dice que el estilo es importante a la hora de hacer reconocible a una marca. También sostiene este escocés que su nueva criatura tiene una estética deportiva, pero moderada. Según sus propias palabras, dichas en el evento de presentación a la prensa, "este coche narra una historia sencilla, sin complicaciones".

Efectivamente, no se puede contradecir nada de lo que dice. Sin embargo, a nuestro juicio, el resultado es un coche demasiado sobrio, tanto por fuera como por dentro, quizá demasiado parecido a otros modelos de la marca. Todo es muy correcto, y no hay una sola línea fuera de lugar que haga daño a la vista. Se ve que hay trabajo detrás de este Jaguar, es evidente.

Sin embargo, parece como si hubiera sido diseñado para contentar a la mayoría, sin tomar apenas riesgos. En definitiva, nos hubiera gustado ver un resultado más valiente y sorprendente en términos estéticos.

Materiales nobles a la vista

En el apartado de calidad percibida el listón está bien alto. En el interior hay una curiosa mezcla de materiales, todos ellos de buen aspecto y tacto, a la altura de lo esperado. Distintas pieles, recubrimientos plásticos, costuras y zonas acolchadas conviven en un interior cómodo y confortable, que invita a devorar kilómetros. Nada que objetar.

En cuanto a la tecnología, aparte de los citados motores Ingenium, el XE adopta una nueva dirección eléctrica y una lista de asistentes a la conducción entre los que destacan la frenada automática de emergencia, la alerta de cambio involuntario de carril, el Head Up Display con proyección a color y el novedoso All Surface Progress Control, que es una especie de control de avance a velocidad lenta, capaz de optimizar la tracción en superficies de escasa adherencia.

El nuevo Jaguar XE ya es una realidad. Se encuentra a la venta y su precio de partida es de 37.000 euros. Aunque se admiten pedidos, las primeras unidades no llegarán al concesionario hasta el mes de junio.

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