Motor

¿Son peligrosos los coches eléctricos? Ocho falsos mitos sobre los 'enchufables'

Los coches eléctricos enchufables se van implantando poco a poco y sus beneficios y posibilidades son, en general, conocidos; pero todavía circulan algunos mitos a su alrededor. Comprobamos qué hay de verdad en ellos. Información facilitada por Autofácil.es.

1. Son peligrosos

Radicalmente falso. La superposición de medidas de seguridad que han introducido tanto fabricantes como gobiernos para impedir que alguien acabe electrocutado por su coche eléctrico es agotadoramente exhaustiva: sin ponerte a desmontar el coche, no podrías recibir una descarga ni a propósito.

2. Se están vendiendo bien

No, más bien con cuentagotas. En 2013, encontramos cifras de ventas desoladoras. Dos Chevrolet Volt, seis Opel Ampera, un Tesla Model S -a pesar de que, incluso sin tener en cuenta que es 100% eléctrico, es un modelo con un precio interesante-... Hay modelos que superan la centena, como el Renault Zoe -182 unidades vendidas para el eléctrico con la mejor relación calidad/precio del mercado- y el Nissan Leaf, que con 263 unidades, fue el eléctrico líder de ventas en España... por delante del Toyota Prius Plug-In, que sólo matriculó 51 unidades el año pasado. Curiosamente, Mitsubishi vendió 142 unidades del iMIEV, el decano de los eléctricos... a pesar de que, a día de hoy, resulta un poco pequeño, anticuado y caro.

3. Apenas tienen potencia

Todo lo contrario. Si por su motor fuera, todos los eléctricos a la venta en la actualidad podrían ofrecer más potencia. A ráfagas cortas, incluso el doble de lo que declaran. El factor limitante no son ni serán los motores: incrementar su potencia tan sólo requiere algo más de peso y mejor refrigeración. El factor limitante es la potencia máxima que pueden entregar las baterías. Una cifra que, a su vez, depende directamente de la capacidad de su sistema de refrigeración para mantener el calor a raya: deben funcionar a temperatura ambiente y, en cualquier caso, siempre por debajo de los 60 grados o se deterioran.

4. Si hubiera muchos, no habría electricidad suficiente

Depende de la hora y el día. Por la noche, todos los países tienen cierta sobrecapacidad de producción eléctrica... y España, con el segundo mayor parque eólico de Europa, tiene mucha. El coche eléctrico podría ayudar a que la 'sobreproducción eólica' dejara de serlo. De día, puede haber problemas... aunque no de producción, sino de distribución.

5. Son complejos y arreglarlos costará mucho más caro

No, en realidad son muy simples. De hecho, ni los motores, ni los cargadores o la electrónica de alta tensión incorpora innovaciones revolucionarias. Salvo por las baterías, hace 20 años se podrían haber construido los mismos sistemas de tracción que emplean los eléctricos actuales. Es una tecnología probada, fiable, y que ofrece eficiencias de más del 90%. La buena noticia es que no, no se romperá. La mala, es que no, no va poder mejorar.

6. Hay una conspiración para que no se generalicen

Es cierto que, los fabricantes tradicionales, preferirían que esto fuera 'un cambio tranquilo'. Pero si no los fabrican ellos, lo harán otros. Los motores eléctricos no generan emisiones, y eso cambia radicalmente las cosas. Hoy en día, diseñar, construir y homologar en todo el mundo un nuevo motor de gasolina no está al alcance de casi nadie. Un motor eléctrico... casi está al alcance de un niño.

7. La batería 'se acaba'

En realidad, eso nunca sucede. Una batería de litio debería ofrecer unos 3.000 ciclos de carga-descarga sin perder más del 20% de capacidad. Pero, para que eso se cumpla, hay que gestionarla adecuadamente. Una de las normas es que la carga nunca debe descender de cierto nivel ?que suele estar entre el 20 y el 30%?. De forma que, cuando el indicador de autonomía de un eléctrico llega a cero, y empieza a moverse despacito, y se para... es todo un teatro. Eso sí: por ahora, ningún eléctrico cuenta con un modo 'de emergencia' que permita exprimir la batería, por ejemplo, en un caso de vida o muerte.

8. Adiós a las petroleras

Sólo si no consiguen impedirlo.Ya hemos comenzado a ver los primeros movimientos de las petroleras de cara a 'hincarle el diente' al negocio de la recarga. Por ejemplo, IBIL ?que son Gob. Vasco y Repsol? está maniobrando para que las recargas semirrápidas -a 22 kW- domésticas sean ilegales. Y, a partir del 2017, la recarga en Modo 2 ?con un cable que incorpora una caja que finge ser un punto de recarga? estará prohibida... pero no por motivos de seguridad, sino para que todas las recargas se realicen en puntos de recarga con contadores eléctricos digitales y puedan ser fiscalizadas.

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