Motor

"Como no me dedico a las nuevas tecnologías, no he tenido financiación"

  • 'We love cars' es una pyme tradicional, pero pionera en los servicios que ofrece
Alberto López-Arcas, fundador de 'We love cars' | Fernando Villar

Parece que la emprendeduría se está consolidando como la mejor forma para salir de la crisis. Sin embargo, lo que muchos no saben es que en el camino al éxito también deberán superar una serie de obstáculos. Salir victorioso de ellos es lo que marcará la diferencia.

Este es el caso de Alberto López-Arcas, un joven de apenas 24 años que decidió abrir un negocio en  un mercado con "grandes barreras: el del automóvil". Después de un primer intento que fracasó por depender de otra empresa que sufría fuertes impagos, creó la actual: We love cars, que poco a poco se está abriendo camino en este mercado y que ya ha conseguido abrir su propio taller de reparaciones mecánicas en Madrid.

La idea que vende es pionera en España, se trata de una empresa de servicios -en Madrid y en Sevilla, en esta segunda ubicación gracias a la dirección de Ángel Díaz, otro joven que López-Arcas conoció en su primera empresa y que ahora es su "mano derecha"- que actúa como mediador entre la compañía aseguradora y el taller reparador. Además, tiene un beneficio añadido para el cliente: la devolución de un porcentaje. Tal y como explica López-Arcas, "yo obtengo un beneficio por cada vehículo que llevo a un taller reparador mío y, de esta parte, derivo una porcentaje para el cliente. Pero, además, ofrecemos un servicio que no dan otros talleres reparadores: recogida y entrega del coche, información detallada con material audiovisual en tiempo real, recambios y piezas de primeras marcas".

Sin embargo, como otros muchos emprendedores, el principal problema al que se ha tenido que enfrentar esta empresa ha sido la financiación. "No he obtenido ninguna ayuda del Estado e intenté buscar financiación externa. Pero como no estoy en la línea de las nuevas tecnologías, que parece que es lo único que buscan ahora, prácticamente todas mis propuestas fueron rechazadas", explica López-Arcas. "Al final, he conseguido montar la empresa gracias a 10.000 euros que me prestó mi padre", concluye este joven.

Pero, ¿en qué radica su éxito? "Conseguimos todo con nada y menos, porque externalizo toda la fase del proceso productivo y obligo a que la haga el taller reparador [ahora sólo chapa y pintura, porque el nuevo taller se encarga de la parte mecánica]", dice López-Arcas. "Es un servicio muy eficiente también para los talleres porque les ofrecemos una captación y fidelización de clientes porque ellos no tienen ni medios ni tiempo para desarrollar una política comercial que yo sí he hecho", explica este joven.

Además, ya han recibido ofertas para expandir el modelo de negocio y, aunque ya han desarrollado el briefing para las franquicias, López-Arcas considera que aún no es el momento: "No me convencía la idea de estar en diez ciudades si al final no podía controlar lo que se hacía en ellas. A mí lo que me interesa es vender un producto exquisito, que al entrar en We love cars te solucionen con rapidez, eficacia, honestidad y transparencia el problema que tienes con tu vehículo. Por eso, quiero esperar para expandirme cuando tenga los medios y la financiación adecuados".

Los obstáculos iniciales

Este joven emprendedor tuvo que enfrentarse a muchísimos problemas en su primera empresa, derivados de los impagos que ésta acarreaba. Antes de abandonarla, era López-Arcas el que tenía que recoger o devolver los coches a sus propietarios, los lavaba o incluso tuvo que lijarlos para realizar las reparaciones de chapa y pintura. "Siempre he tenido claras las claves de este negocio: quería un servicio que ofreciera claridad, transparencia y que el cliente quedara satisfecho. Yo era muy inexperto y me tomaban el pelo. Pero, gracias a eso, he sabido sacar adelante mi empresa".

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