Toyota ha desarrollado un nuevo concepto de coche que pretende inspirar una nueva forma de diseñar y fabricar automóviles en el futuro. Bautizado como ME.WE, es el resultado de una colaboración entre el centro de diseño y desarrollo que posee la firma japonesa en Europa (ED2) y el diseñador y arquitecto francés Jean-Marie Massaud.
La ambición de Toyota con este acuerdo de colaboración con Studio Massaud era conseguir que dicha cooperación desarrollara "un cambio de paradigma" en lo referente al diseño y la ingeniería de la automoción tradicional, lo cual considera haber cumplido con creces con la versión final de este prototipo basado en los principios de adecuación, síntesis y modernidad.
Para ello, se ha apostado por la utilización de paneles de carrocería intercambiables, que permiten extraer elementos como puertas, aletas, capó, paragolpes, etc. con facilidad gracias a las altas flexibilidad y ligereza dadas por el uso del polipropileno expandido como material.
Concebido como un eléctrico con motores integrados en las ruedas, al igual que sucede en el i-ROAD, desde Toyota aseguran que, hasta el momento, ningún vehículo ha sido capaz de combinar conceptos tan contradictorios como ligereza y flexibilidad, individual y estándar o libertad y responsabilidad.
Su peso, de 750 kilos, ha sido optimizado gracias a la utilización de una estructura de aluminio y al contar con un propulsor eléctrico en cada rueda, puede disponer de tracción a dos y a las cuatro ruedas. Y, por otro lado, la marca nipona explica que la calefacción y el aire acondicionado funcionan con una bomba de aire de bajo consumo, que se combina con los asientos eléctricos calefactados.