
Nadie en el panorama automovilístico global parecer querer quedarse atrás en la moda de los todocaminos de alta gama. Lo que en los orígenes del segmento era un tabú para los fabricantes de coches de lujo ha acabado dando, una vez comprobado su éxito entre el público, en una oleada de anuncios de los primeros SUVs de muchas de estas firmas.
El último ejemplo es el de Alfa Romeo, que quiere seguir la tendencia de lo que a un nivel superior planean Lamborghini, Bentley o incluso, en los últimos días, Rolls-Royce. Todos ellos ya han revelado sus respectivos planes de iniciarse en la venta de todoterrenos para tratar de hacer sombra al un día denostado pero exitoso hoy Porsche Cayenne.
Pero en el caso de la marca del Grupo Fiat el objetivo es algo distinto: con su primer modelo SUV, se quiere seguir trabajando en la estrategia de posicionamiento pergeñada por Sergio Marchionne, quien quiere situar a Alfa Romeo como una marca global de coches de alta gama, a la altura de lo que sería Audi para el Grupo Volkswagen.
Según fuentes familiarizadas con el asunto, el nuevo modelo, cuyo lanzamiento estaría previsto para 2015, pretende ser el símbolo del estilo y de las prestaciones de la automovilística italiana, aprovechando que, por su posición en el segmento premium, es la única marca que ahora mismo puede impulsar los márgenes del Grupo Fiat.