
Si hubiera de señalarse el principal hándicap por el que los coches eléctricos no gozan aún de la popularidad deseada por los más ecologistas ése es, sin duda, la combinación de su escasa autonomía con su elevado precio. Pero ahora, General Motors puede estar cerca de solucionar el problema, tras haber fabricado baterías con eléctricas con el doble de autonomía reduciendo su coste a la mitad.
El gigante de Detroit lo ha conseguido en colaboración con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados para la Energía de Estados Unidos, mediante una start-up denominada Envia, sirviéndose de la tecnología del Laboratorio Nacional de Argonne, en el estado de Illinois.
Según publica el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en su portal especializado technologyreviews.com, Envia ha aprovechado una novedosa estructura microscópica que optimiza la capacidad de almacenaje de cada electrodo de cuantos componen las baterías consiguiendo al mismo tiempo rebajar en un 50% su coste.
Pero, como suele ocurrir cuando surgen avances tecnológicos de este tipo, hay un inconveniente: la pérdida de vida útil de las baterías. Para que éstas puedan durar lo mismo que los coches que las equipan deben ser capaces de ser recargadas mil veces manteniendo, al menos, un 80% de su capacidad de carga original. Pero las cifras que deja la tecnología utilizada por Envia quedan lejos de ese estándar mínimo: después de sólo 400 recargas, la capacidad se reduce hasta el 72%.
Pese a todo, aunque la investigación deba seguir el camino de la búsqueda de una mayor vida útil, ya se ha llegado a especular con la posibilidad de que este tipo de baterías sean incorporadas próximamente a coches de GM como el Chevrolet Volt. Por tanto, la realidad de unos eléctricos cuyo rendimiento (autonomía/precio) se multiplique por cuatro puede no estar tan lejos como parece.