
Más sencillo no podía ser: un pequeño motor de 2 cilindros y 13 CV, cuatro plazas casi milagrosas y todo ello en un envoltorio de dimensiones minúsculas. El Fiat 500 fue concebido como un coche de bajo coste, tan simple como deseable para la población italiana de los años 50 y 60, que ansiaba la libertad sobre cuatro ruedas.
"Veinte años después del Topolino, siguiendo su estela, el nuevo 500, más moderno y económico, es el digno sucesor del primer utilitario de Fiat". Así rezaba el eslógan propagandístico del piccolo cinquecento, ese simpático utilitario nacido en el año 1957 como respuesta a una economía floreciente de posguerra, que se materializó en el sueño de poseer un coche. Eso sí, sencillo y barato.
La estampa más típica a mediados de siglo era la del italiano a lomos de su scooter, llevando a una bella dama vestida con falda y sentada de medio lado. Pero las Vespas y Lambrettas, que hasta ese momento se vendían por cientos de miles, empezaron a perder fuelle. De esto se dio cuenta Dante Giacosa, ingeniero de Fiat y padre, entre otros, de los Fiat Topolino, 500, 600 y127. Él sabía que el mercado estaba receptivo y que el italiano medio estaría encantado de tener en su garaje un vehículo de cuatro ruedas. Por simple que fuera, siempre iba a ser mejor que una moto, sobre todo en los fríos y húmedos días de invierno.
Y así fue como se plantó la semilla del Fiat 500. La empresa contrató los servicios del ingeniero, que rápidamente se puso manos a la obra. Debía crear un modelo de nueva hornada, sencillo pero práctico. Un coche capaz de contener al máximo los costes de fabricación para poder lanzarlo al mercado a precio bajo, pero que al mismo tiempo entusiasmara al público. Sin duda, lo consiguió.
Un éxito rotundo
Este minúsculo automóvil de 2,97 metros de longitud -apenas 20 cm más largo que un Smart biplaza actual- se servía de una carrocería ligera y de diseño similar al del 600, que entraba tan bien por la vista que logró encandilar a medio país. Bajo el capó trasero se alojaba un austero motor de dos cilindros en línea, refrigerado por aire, que cubicaba 479 cc y rendía una potencia de 13 CV. Cifras acordes a sus pretensiones, ya que le permitía alcanzar una velocidad de 85-90 km/h con un consumo medio de apenas 4,5 l/100 km.
Evidentemente, el éxito fue rotundo. Gracias a su precio y sus cualidades, este Fiat no sólo desbancó al scooter sino que logró quintuplicar el ratio de 6 coches/1000 habitantes que había a comienzos de la década de los 50, nada más superar sus primeros cinco años de vida. Tras varias generaciones, se mantuvo en producción hasta 1975, cuando salió de las cadenas de montaje la última unidad.
Nada menos que 3,9 millones de unidades fueron fabricadas en sus 18 años de vida. Una gesta que hoy es recordada por la marca, con el lanzamiento de la edición Vintage del Fiat 500 actual. Sus detalles retro, como el color azul o las llantas con toques cromados, pretenden evocar y rendir homenaje al original.