Los coches clásicos están de moda y constituyen una de las mejores inversiones del momento. En poco más de un mes se ha superado el récord de dinero pagado por un coche, primero en subasta, y ahora en compraventa privada: el nuevo coche más caro del mundo es un exclusivo Ferrari 250 GTO de 1963 vendido, según Bloomberg, por 38 millones de euros.
El mítico coche 'rojo' de competición, que antes había pertenecido al coleccionista estadounidense Paul Pappalardo, ha sido adquirido en transacción privada -a diferencia de los últimos vehículos récords, que fueron ejemplares subastados- por un comprador que no ha sido identificado, según han confirmado a Bloomberg tres especialistas de forma independiente.
El coche fue adquirido por Pappalardo en 1974, restaurado y posteriormente conducido por este coleccionista en muchas carreras históricas, incluyendo la edición de Le Mans Classic en 2002, antes de ser vendido.
El precio es un 49% superior al registrado nunca antes por cualquier vehículo, logrado el año pasado precisamente por otro 250 GTO. Los valores de los coches históricos, sobre todo los de Ferrari de los años 50 y 60, siguen creciendo sin límites, atrayendo a nuevos entusiastas, coleccionistas, inversores y especuladores, lo cual ha llevado a algunos expertos a alertar sobre la posibilidad de una burbuja en el mercado de coches clásicos.
"A día de hoy el GTO es considerado el mejor coche para tener en propiedad", asegura Don Williams, distribuidor en Blackhawk Collection, empresa especializada en la compra y venta de vehículos clásicos. "Es como la Mona Lisa, tiene mística. Si tienes un GTO, tienes una gran colección". Uno de los más célebres ejemplares de este vehículo, del cual sólo se produjeron 39 unidades hacia 1962, pertenece a Nick Mason, batería de Pink Floyd, de quien dicen ha llegado a rechazar una oferta de 50 millones de dólares por desprenderse de este automóvil de culto.