Tener un equipo filial dentro de la Fórmula 1 puede ser una ventaja muy beneficiosa de cara a los intereses de la escudería matriz. Lo sabe bien Red Bull que, en Brasil, a punto estuvo de beneficiarse de una acción de dudosa deportividad por parte de Toro Rosso: el segundo equipo energético trató de que su piloto Jean-Éric Vegne frenara su ritmo para que Vettel no saleira perjudicado ante una eventual sanción por adelantamiento ilegal.
Ni la dirección de carrera ni el resto de equipos detectaron el adelantamiento con banderas amarillas en pista a un Toro Rosso en la cuarta vuelta (antes, había practicado uno similar, aunque de forma legal, a un HRT). Pero parece que en Red Bull sí lo hicieron y, ante el temor a que Vettel fuera sancionado con un 'drive through' que le penalizara con 20 segundos al final de la carrera, instaron a su equipo filial a dar órdenes a Vergne, que acabó octavo, de ralentizar su ritmo e intentar así llegar a meta con una diferencia mayor a esos 20 segundos.
Sin embargo, no alcanzaron su objetivo ya que Vergne erró en sus cálculos y sólo dejó 19,2 segundos entre él y el de momento, mientras Ferrari no presente el recurso, campeón del mundo de Fórmula 1. De este modo, si la Scuderia decidiera recurrir para que la FIA impusiera una sanción post carrera a Vettel, éste acabaría el GP de Brasil en octava posición y, por lo tanto, Fernando Alonso sería el vencedor del Mundial por un punto de diferencia.
Entidades
Dardo de Alonso a la FIA
