Nissan tiene un claro objetivo a corto plazo: ser la marca asiática más vendida en Europa. Los últimos resultados avalan estas aspiraciones, gracias a los éxitos obtenidos por modelos como el Qashqai primero y el Juke después.
Pero en el mercado europeo, el segmento más vendido y competido es el C, el de los compactos, y en la gama actual de Nissan faltaba en él un representante desde la desaparición del Almera. Con el Pulse, que además se ha diseñado íntegramente para Europa y se produce exclusivamente en Barcelona, queda pues completo el catálogo de la marca japonesa para conseguir sus aspiraciones.
Aprovechando el sistema de desarrollo y fabricación modular de Nissan, el Pulse se nutre de una plataforma derivada en parte de un modelo aquí desconocido (el Tiida) y de diversos elementos como la columna de dirección directamente tomados del Qashqai.
El resultado es un compacto de cinco puertas y generosas dimensiones (4,38 m) que se sitúa entre los mayores del segmento. Dispone de la mayor distancia entre ejes (2,7 m) entre los de su clase y ello ha permitido ofrecer un interior excepcionalmente amplio en cuanto a las plazas traseras. Sin embargo, el maletero no se ha visto perjudicado en su capacidad ya que ofrece 385 litros (con kit de reparación de pinchazos o rueda de emergencia), una cifra que está entre las mayores para este tipo de coche polivalente. Sus rivales más directos en la categoría son los Toyota Auris, Ford Focus o Seat León.
Teniendo en cuenta lo exigente del mercado europeo y lo reñido de su segmento C, Nissan no ha escatimado y dota al Pulsar de todo el potencial tecnológico de la marca, ya conocido en los segmentos superiores. Así, desde el primer nivel de acabado, el Pulsar dispone de sofisticados equipos como la pantalla de información multifunción de 5? entre los relojes analógicos o el sistema de control de trazada activo en las curvas, que analiza nuestras maniobras con el volante y actúa sobre los frenos para conseguir la trayectoria más segura en los giros.
Al principio dos motores para elegir
En cuanto al diseño, el Pulse se mueve en el estilo conservador que impera entre los compactos. Su silueta se decanta no obstante por una imagen bastante deportiva, realzando su perfil en cuña. Por otro lado, hereda los rasgos de personalidad de sus hermanos mayores, como el frontal o la parte posterior de la carrocería, que recuerda de inmediato a un Qashqai en miniatura.
La gama inicial se centra en dos motores, uno de gasolina y otro Diesel. El primero es un 1.2 DIG-T de 110 caballos con caja manual de seis velocidades y que recibirá en un mes la opción de una transmisión automática X-Tronic del tipo CVT adaptada especialmente a este modelo. La otra es el popular dCi de 110 caballos del que se espera acapare el 70% de las ventas. Más adelante llegarán dos motores más, entre los cuales se anuncia para mediados de 2015 una mecánica deportiva 1.6 DIG-T de 190 caballos, ya conocida en el Juke.
Los niveles de acabado del Pulse se configuran de forma ya conocida en el Qashqai: Visia, Acenta, N-Tec y el superior Tekna. A partir de este mismo mes los concesionarios ya aceptan pedidos y los precios se inician desde los 13.900 euros para la versión más sencilla y con los descuentos PIVE y de lanzamiento aplicados. Como ejemplo del acabado Acenta, que será el más demandado entre los cuatro, la versión de gasolina cuesta 20.000 euros, mientras que la Diesel tiene un precio de 21.400 euros.
En nuestra primera toma de contacto con el Pulsar, hemos constatado una elevada calidad general, tanto en su rendimiento mecánico como en la fabricación. Conduciéndolo, transmite un tacto más cercano al de una berlina media que al de un compacto ciudadano. Su buena superficie de apoyo y unas suspensiones bien equilibradas permiten apreciar la precisión de su dirección y una estabilidad que transmite confianza desde el principio.
El pequeño motor 1.2 DIG-T de gasolina sobresale por su silencio, suavidad y total ausencia de vibraciones. Aunque el Diesel 1.5 dCi resulta más satisfactorio en carretera, pues cubre mejor con su respuesta los saltos en el desarrollo de las marchas, estudiadas en ambos casos para reducir los consumos al mínimo con ayuda también del sistema Start/Stop de serie. En el caso del motor Diesel, se ha homologado con 3,6 litros a los cien kilómetros, mientras que el de gasolina necesita 5 litros para recorrer la misma distancia.