Coches

Cuando el culto a los clásicos se convierte en un juego de niños

  • Los Pocket Classics han sido diseñados a imagen de cinco coches míticos

¿Juguete o pasión por los grandes clásicos del automóvil? Los minicoches conocidos como Pocket Classics son recreaciones de leyendas de las cuatro ruedas que pueden considerarse un poco de las dos cosas. Tener un garaje histórico estará al alcance de más amantes del motor, aunque el gasto sigue siendo alto.

Los modelos de Pocket Classics (clásicos de bolsillos) representan pequeños karts que han sido diseñados a imagen y semejanza de cinco de los coches míticos más reconocidos por los fanáticos del motor.

Todos descapotables, por razones obvias de espacio, han sido fabricados artesanalmente por Pocket Classics en un plazo máximo de tres meses por pedido. Además se podrán encargar personalizados a gusto del cliente, que podrá escoger colores, prestaciones...

Ninguno de los modelos se comercializa bajo la imagen de marca a la que imitan, pues el pago por derechos de imagen incrementaría el coste de producción y, por tanto, el precio de venta; pero los amantes de los vehículos clásicos identificarán al instante estos originales ejemplares.

Los cinco modelos puestos a la venta son los siguientes:

- Mercedes-Benz 300SL

- Porsche 356 Speedster

- Jaguar E-Type

- Bugatti Type 35

- Mahindra Jeep CJ 340

Los tres primeros Pocket Classics son vehículos eléctricos cuya velocidad máxima son los 24 km/h. Sin embargo, también se comercializan sus respectivas versiones con motor de gasolina, que pueden llegar a alcanzar los 74 km/h. Por su parte, el Jeep (el único que admite dos plazas) sólo se vende con motor de gasolina, mientras que la imitación del Bugatti está disponible únicamente en versión eléctrica.

Los precios con los que se comercializan estas miniaturas se disparan hasta en torno a 10.000 euros, por lo que estos Pocket Classics no están, precisamente, al alcance de cualquier "bolsillo".

El detalle y la fidelidad con que están hechos estas minijoyas del motor -y también su precio- impiden que sean considerados como simples juguetes, pero seguro divertirán a pequeños y, sobre todo, a mayores.

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