
Paco González sigue hablando con cuentagotas. Sus apariciones y entrevistas son escasas. No quiere sentirse protagonista de una historia que cambiará para siempre la radio española en el corto plazo. En el IBC de Johannesburgo, el ex director de Carrusel medita en susurros pensamientos que en su cabeza suenan en voz alta. "Lo que he hecho mal ha sido meter en un lío a la gente que más quiero", admite.
En una entrevista concedida a Raúl Piña, del diario El Mundo, González se muestra firme en sus opiniones. "No me arrepiento de ninguno de los pasos profesionales que he dado. Creo que he actuado correctamente", afirma consciente de que su decisión no es personal.
Su adiós precipitado, polémico y tenso de la Cadena SER sabe que ha dejado huérfanos de su fan a miles de oyentes y con su futuro en el aire a todo el equipo de compañeros con el que ha compartido sus últimos 18 años en la radio.
"Todavía no sé que va a ser de mí, por lo que todavía no puedo implicar a nadie. Cuando lo sepa, claro que interaré decirles a los mejores compañeros y amigos que se vengan conmigo. Pero son por encima de todo mis amigos. Lo que ellos hagan está bien hecho", desvela.
Su futuro está en el aire. Es consciente de que lo que haga pasará por regresar a la radio porque Telecinco sólo es una estación de paso. ¿Volver a la SER? "No hay posibilidad de marcha atrás. No creo que ni la Ser se lo plantee y yo no me lo he planteado", comenta.
De su antiguo trabajo no habla demasiado por respeto a la casa y a los suyos. Sólo deja entrever destellos de reproche cuando se le cuestiona por su relación con la audiencia. "Lo que más me ha dolido es no despedirme de la gente. De mis compañeros y de la gente. No poder decirles a los oyentes: 'Esto se ha acabado. Hasta luego'", desvela.
Además, admite que todavia no ha escuchado Carrusel porque si lo hiciera, se pondría a llorar. A partir de este viernes deberá hacer de tripas corazón. Será entonces cuando por primera vez en mucho tiempo, su voz se oiga en otro medio mientras Pepe Domingo Castaño grita aquello de: "Hola, hola..."