
La trigésimo octava producción del Circo del Sol desde 1984, 'Luzia', introduce como novedad el primer espectáculo basado en la promoción de la cultura de un país.
Se espera que el sueño que transporta al público a un México imaginario sea visto por más de cinco millones de personas en los próximos siete años, un período en que la compañía se compromete a no realizar ninguna alianza con otro país.
Así, la creación de este espectáculo forma parte de la estrategia de diversificación de México, implementada para atraer a otro tipo de viajero.
El teatro Vieux Port de Montreal (Canadá) se despide mañana de Luzia, que viajará el próximo 28 de julio a la ciudad de Toronto.
El espectáculo, cuyo nombre aúna las sílabas de las palabras luz y lluvia, recorrerá 450 ciudades de todo el mundo, partiendo de Canadá y continuando por Estados Unidos, concretamente en la ciudad de San Francisco.
El suizo-italiano Daniele Finzi Pasca dirige una puesta en escena que explota la parte surrealista de la cultura mexicana, la expresión del arte contemporáneo y el arte visual, sin dejar de incluir el misticismo que envuelve a esta cultura latinoamericana.
La producción cuenta con un presupuesto de 28 millones de dólares. En esta ocasión, la compañía canadiense que lleva conquistando a espectadores de todo el mundo durante tres décadas, cuenta con 45 artistas de 15 países distintos, entre los que se incluyen cinco músicos y una cantante, quienes trabajan para ofrecer uno de los shows más importantes en todo el mundo.
El circo cuenta con unas instalaciones capaces de hacer sentir al espectador que está en un mundo de fantasía, una fantasía que se consigue gracias a un escenario de 360 grados en varias plataformas. La decoración, ambientada en México, cuenta con estampados de mariposas, cactus, columpios, trampolines y lluvia en la parte central del escenario. Además, incluye un calendario maya que refleja mariachis, cactus, flores marimbas y enmascarados que ambientan el fondo del escenario.
No utilizan animales en la actuación, sino que los sustituyen por caretas que representan caballos, tigres, escarabajos, grillos y de armadillo, que desfilan por el escenario rodante, movidos por los artistas.
En definitiva, la actuación es una obra poética y acrobática de la rica cultura mexicana, procedente de la mezcla de influencias y colisiones creativas.
"Es un homenaje directo a la tradición mexicana de la artesanía", indica Eugenio Caballero, el artífice de la utilería y escenografía que se puede ver en la obra.
La historia del Cirque du Soleil
Guy Laliberté elevó las artes circenses al nivel de las grandes disciplinas artísticas. La historia del Circo del Sol comienza en 1982, cuando este acordeonista y tragafuegos canadiense, cansado de recorrer el mundo entero con sus zancos, decidió reunir en Québec a un grupo de jóvenes artistas callejeros.
Debido al éxito de público el Circo vio la luz en 1984 con el apoyo del Gobierno de Québec, introduciendo un concepto totalmente nuevo y alejado del circo clásico. Se trataba de una mezcla de artes circenses con vestuarios extravagantes, con efectos de luces y un fondo original de música, sin contar con animales en ninguno de sus shows.
La magia continúa es el nombre del primer espectáculo de la compañía canadiense, que comenzó a viajar por Canadá bajo una carpa con capacidad para 800 personas. En 1987 cruza la frontera hacia Estados Unidos y se da a conocer entre los círculos artísticos más importantes del mundo. Años más tarde, en 1990 estrena el espectáculo nuevo Nouvelle Experience en una carpa con capacidad para más de 2.400 espectadores. Es entonces cuando el circo llega a Europa y los números crecen de manera exponencial. Hoy, la plantilla está formada por más de 600 artistas de más de 40 nacionalidades.