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La 'Ruta de las Caras' en Buendía

A tan sólo tres kilómetros del casco urbano, este sendero muestra a los excursionistas espectaculares rostros tallados en las rocas. Todos ello situado en pleno corazón de la serranía de Cuenca.

En plena Alcarria, se encuentra uno de los atractivos turísticos de la provincia más espectaculares de Cuenca, visitado al año por más de 10.000 personas, muchos de ellos excursionistas y también familias. Se trata de la Ruta de las Caras, situada en el paraje conocido como la Península, en la localidad de Buendía, a tan sólo tres kilómetros del centro de la villa.

Desde la calle del Frontón, parten dos señalizaciones para poder acceder al inicio del camino. Uno de ellos es seguir recto por la calle Boleo. Aquí nace la ruta de senderismo homologada con el PR CU 46, un sendero circular de 14 kilómetros donde, además, se podrá visitar el Mirador de la Peña de la Virgen y varias tumbas antropomorfas, es decir, con forma humana talladas en las rocas. Desde la misma calle de inicio, caminando hacia la derecha, parte el camino por donde se puede acceder en coche hasta el aparcamiento. En total, tres kilómetros en pista de tierra y uno en pista asfaltada.

Esta historia comenzó cuando el reparador de fachadas Eulogio Reguillo y su amigo Jorge Maldonado, ceramista de profesión acampaban junto a sus familias y decidieron esculpir sobre la roca arenisca. La primera figura que allí surgió fue La Monja, una escultura de más de un metro. En cuanto vieron el resultado, el gusanillo por construir más se apoderó de ellos y, en la actualidad, son 15 las caras que asoman por las laderas de las montañas, formando un recorrido que dura aproximadamente una hora.

La presa de Buendía, de 78 metros de altura, inunda terrenos de La Alcarria de Cuenca y de Guadalajara sobre una extensión de casi 82 kilómetros. Bajo sus aguas quedó el vecindario de Santa María de Poyos (muy cercano al paraje de Las Caras), cuyos habitantes fueron realojados en los poblados de Paredes de Melo y Valbuena del Duero (Valladolid). También fue anegado La Isabela, lujoso balneario fundado por Fernando VII en el siglo XIX.

Tras una buena caminata, el estómago se despierta y el hambre se apodera del cuerpo. Por ello, no hay nada más reconfortante que alimentarse en La casa de las médicas. En este establecimiento reina el horno de piedra del que salen a diario suculentos manjares. Además, consta de alojamientos y una excepcional bodega. También se puede encontrar el restaurante La Hípica, en Albalate de Zorita, Guadalajara. Está emplazado en plena naturaleza y dispone de un amplio comedor con vistas a la sierra.

Tras haber almorzado, se ofertan otras opciones que ver sin salir de la región. El Museo del Carro de Buendía alberga una muestras de diferentes tipos de carruajes utilizados antaño en la localidad. Destaca una diligencia que cubrió la línea Madrid-Buendía.

El Castillo de Anguiz se caracteriza por sus torreones macizos semicilíndricos, tiene todas las características de las construcciones militares del siglo XIV. Posee interesantes elementos de las reformas llevadas a cabo en el siglo XV. Aunque una vez en él, resulta realmente difícil decidir si merece la pena contemplar la fortaleza o el paisaje que la rodea.

Por último, una buena propuesta antes de emprender el camino de vuelta es visitar el yacimiento de Ercávica. Se encuentra situado en el término municipal de Cañaveruelas, un ejemplo de ciudad hispano-romana creada en el proceso de romanización, que nos muestra una rica arquitectura doméstica y gran cantidad de frescos de pintura mural.

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