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Una original vuelta de tuerca al comercio: bazares efímeros

Kenny, en el bazar efímero.

En estas fechas para muchos resulta una tortura tener que pelearte con otras personas en outlets impersonales, fríos y desordenados. Por eso, cuando me escribió Kenny para invitarme a su innlet me alegré mucho.

Kenny es un perro. Pero no un perro cualquiera. Su dueño es un mercader al que acompaña en sus viajes a la lejana India para seleccionar las mejores piezas de joyería y complementos.

A la vuelta de uno de sus viajes, al mercader se le ocurrió el cocepto de innlet o, lo que es lo mismo, bazares efímeros en un espacio temporal, sereno y moderno en el que durante un período corto de tiempo se pueden adquirir exquisitas piezas de moda a un precio asequible. K by K es la estrella de estos innlets e hija de FDC, una marca con 12 años de trayectoria diseñando alta joyería. Pero hay mucho más: traspasar la puerta de K by K en la madrileña Travesia de San Mateo, 7, es entrar en un bazar hindú, aunque en realidad es una antigua galería de arte. En la experiencia piloto realizada en octubre, se agotaron existencias en seguida. Esta vez, esperan aguantar hasta Reyes.

El equipo de se ha forjado en el mundo de los sentidos: arte, gastronomía, literatura, arquitectura y diseño. Trabajan piezas de textil y joyería para tiendas de museos como el Thyssen-Bornemisza, instituciones públicas y empresas privadas. Y eso se nota.

El producto estrella son los pañuelos en seda y algodón que en sus estampados evocan los viajes de Kenny a India. Todos cuestan 35 euros. Si se quiere algo más auténtico también ofrecen pashminas de cashmere y saris de cinco metros usados en bodas y primorosamente brocados. Otra opción son los pijamas de algodón por 30 euros. O los bolsos y carteras. Y si se desea una opción más asequible, por ejemplo para ese amigo invisible, se puede quedar muy bien regalando un pañuelo de bolsillo de seda (15 euros) o unas velas aromáticas. Aunque en velas, la mejor opción es la caja con tres unidades de oro, incienso y mirra.

A un precio único de 50 euros, las piezas de joyería se caracterizan por su elegante desnudez. Son piezas ligeras que muestran su belleza en piedras al aire y diseños que combinan la inspiración en el Art Decó con la capacidad de innovar. Disponen de amatistas, aguamarinas, rutilos, ónix, ágathas? montadas en plata con diseños retro, minimalistas y exóticos.

Lo que cuenta Kenny en su diario

"Cada pieza del mercader es diferente. Su vida comienza en el lugar del que procede el material, se impregna con el alma del artesano que la trabajó, cuenta las experiencias de los viajes del mercader y brilla con la sorpresa que despierta en ti cuando fijas la mirada y piensas "por fin, te encontré". Y sin embargo, esta pieza no sería nada sin todo lo que vivirás a través de ella. Los mercaderes son portadores de historias". Tras visitar K by K, doy fe.

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