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Felicidad en 'Estado Puro': el nuevo restaurante de Paco Roncero en el Hard Rock Hotel de Ibiza

Una leyenda recorre las noches de ocio de Ibiza y dice que para cenar en el restaurante de Paco Roncero del nuevo Hard Rock Hotel es necesario gastarse 1.500 euros por cubierto en un restaurante en el que solo hay mesa para 12 comensales al día. Lo que acaban de leer es solo una verdad a medias. Esa es la definición de 'Sublimotion', un restaurante único pero inaccesible para muchos. La otra media verdad es que en el mismo hotel de Ibiza en plena playa d'en Bossa se puede disfrutar de las dos estrellas Michelin de Paco Roncero en 'Estado Puro', a un precio asequible y con una gran variedad de tapas creativas y cocina tradicional para más de 300 personas.

Un gallo gigante rojo en la entrada, una columna de peinetas presidiendo la barra octogonal del local y mucho azulejo andaluz te reciben al llegar a la entrada en una fusión vanguardista-cañí antes de decidir el ambiente en el que cenar: mesas altas y banquetas o en un comedor más tradicional.

Pese al temor que pueda generar en muchos comensales la cocina creativa, 'Estado Puro' sabe acercar y 'maridar' las tapas más exigentes con los paladares menos experimentados. Este local quiere "democratizar la alta cocina y acercarla a la gente" y para eso recibes una pequeña clase teórica de cada plato antes de llevártelo a la boca.

Con la incertidumbre de saber qué probar, unas aceitunas esferificadas te dan la bienvenida y la primera sorpresa de la noche. Al probarlas y romperse en la boca una explosión de sabor inimaginable invade el paladar momentos antes de probar un filipino de chocolate blanco con foie-gras y cardamomo, en el que el sabor del chocolate frío llega después de que el foie se derrita en la boca, simplemente delicioso.

El colofón final: 'Vino y rosas'

Seguimos la cata con unas patatas bravas, un corte de helado de queso parmesano con mermelada de limón, muy intenso de sabor pero para nada cansino, en el justo equilibrio que cualquier amante del queso sabrá apreciar. Y terminamos los entrantes con una tosta de boletus con jamón ibérico. Ganas de repetir, pero también de probar más cosas, así que mejor esperar a los platos principales. Para una próxima visita dejamos las ostras, la tortilla española del S. XXI o el carpaccio de cigalas con su coral al estragón.

Como plato principal un cabracho o un solomillo de wagyu "al que le cuidan mejor que a cualquiera que nosotros" y tiene un sabor sorprendente y diferente a cualquier otra carne, son un punto y seguido ideal.

El punto final, ya anocheciendo y con el mar de fondo, lo puso un chocolate en textura y un postre con mayúsculas para cerrar la experiencia, el 'vino y rosas'. Mucho mejor probarlo que definirlo pero pero el sabor y frescor de las rosas permanece en tu garganta mientras con una sonrisa abandonas el restaurante. Si unes Ibiza, Paco Roncero y comida creativa solo puedes conseguir una cosa, felicidad en 'Estado Puro'.

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