El 16 de octubre se celebró el Día Mundial de la Alimentación y los datos no hablan demasiado bien de nosotros. En España se desechan más de un millón y medio de toneladas anuales de comida, y Cataluña y Madrid es donde más alimentos se desperdician.

Según los datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la tercera parte de los alimentos que se producen anualmente en el mundo para el consumo humano se desperdicia. España es uno de los países europeos en lo que más comida se derrocha con unas cifras que superan el millón y medio de toneladas anuales (1.521.066 T), tal y como recoge el último estudio del Instituto Nacional de Consumo.

La razón principal para desechar alimentos es la falta de planificación en los hogares españoles: la escasez de tiempo y el ritmo de vida son dos características muy comunes entre los habitantes de nuestros país, que ante la dificultad de llevar una organización en su alimentación diaria, compran compulsivamente productos que no saben si llegarán a utilizar.

Empresas como YoComoBien, ayudan a este tipo de personas y familias a controlar no sólo sus gastos sino también a ser más responsables con el medio ambiente.

Por eso quieren concienciar a la población de la importancia de no desperdiciar comida y para orientar a los ciudadanos, con una serie de sencillos pasos para reducir los desperdicios orgánicos en los hogares.

1. Adaptar el gasto en alimentos a las necesidades específicas de cada familia.

2. Planificar los menús semanalmente de forma que seamos conscientes de los productos que necesitamos.

3. Acudir al mercado con una lista que recoja los ingredientes necesarios para realizar los menús previamente establecidos.

4. Adquirir productos sueltos en lugar de envasados, de acuerdo a las necesidades individuales de cada hogar.

5. Colocar la compra situando los alimentos más antiguos en la parte delantera de la despensa o del frigorífico, y los más nuevos en la parte trasera.

6. Conservar adecuadamente los alimentos y/o sobras para posterior uso, siguiendo las especificaciones del fabricante.

7. Conocer las fechas de caducidad y consumo preferente para planificar la gestión de alimentos.

8. Variar las recetas para utilizar los alimentos que estén próximos a la fecha de caducidad.