Érase un hotel donde los niños no hacían más que jugar y jugar. En Ibi, la cuna del juguete, ha nacido un establecimiento donde los huéspedes más mimados son los peques.
Aquí todo está pensado por y para ellos. Los juguetes ocupan cada espacio del hotel. En un ambiente donde la iluminación, los colores y cómo no sus compañeros de juego sumergen a los niños en su particular universo de magia y ensueño.
Ruth y Luis, clientes del hotel, se llevaron una grata sorpresa al conocer que podrían compatibilizar su viaje de negocios con sus niños. La iniciativa parece gustar mucho a los mayores.
Un negocio de cuatro estrellas que además regala un universo de ilusión para estos especiales y bajitos clientes.