
Los amantes del gourmet han encontrado un nuevo producto que catar, el agua. Muchas son las marcas que han apostado por comercializar aguas a precio de oro, pero ninguna es tan peculiar como la vendida por Ron Stamp, un agua recogida de los mismísimos icebergs de Terranova.
Desde pequeño, a Ron Stamp, un pequeño comerciante de Terranova, le han fascinado las grandes masas de hielo que se forman cerca de su pueblo, St. John, en la provincia canadiense de Terranova. Esta obsesión le llevó a pensar en el negocio de su vida, la venta de agua de iceberg.
Aunque es un negocio peligroso, ya que deben acercarse a las masas de hielo y rasgarlas hasta conseguir picaduras de hielo suficientes sin provocar desprendimientos, y muchos se han negado a realizarlo, Stamp ve una buena oportunidad y embarcado en un reconvertido barco de pesca llamado Sikuk, hace 10 expediciones anuales a los distintos icebergs que hay en la zona y trae suficiente hielo para llenar botellas de más de diez dólares.
Un producto muy apreciado
Aquellos que han probado este tipo de agua dicen que su sabor no es muy bueno, dicen que es como tomar aire. A pesar de esto, el agua de iceberg se ha convertido en un producto muy apreciado por los amantes del Gourmet.
El mercado de las aguas está creciendo de forma constante, y sustituye, en algunos casos, al mercado del vino. Muchas son las marcas de agua que venden a altos precios el líquido elemento, aunque a veces no prima tanto la bebida como su contenedor, como es el caso de Bling H2O, que ofrece una botella de agua con incrustaciones de cristales de Swarovski por 50 dólares.
"El agua no es sólo agua. El agua es el vino nuevo", dijo Michael Mascha, un antropólogo de la alimentación. Según el lugar de procedencia, los contenidos minerales, el tamaño de la burbuja, los niveles de ph o la dureza del agua, los paladares más expertos califican la calidad del agua. Un agua de iceberg, que proviene de la nieve que cayó hace miles de años, es un producto de un precio incalculable para los expertos catadores.
Un negocio redondo
Para Stamp, la idea de vender el agua de los icebergs le vino de perlas, ya que la década de los 90 fue horrible para la pesca y venta de bacalao, uno de los principales productos que se pescan por la zona. Esta oportunidad le permitió cambiar el bacalao por un producto cuyo recurso era ilimitado.
Con una correcta campaña de Marketing y ventas consiguió captar la atención de los expertos y empezó a comercializar su agua en botellas de plástico con el nombre de 'Borealis', pero el envase no era el más adecuado para un producto de estas características si quería obtener grandes beneficios y lo cambió el pasado año por botellas de cristal, que le daban una imagen más atractiva, cambiándole también el nombre por el de 'Glace'.
Las ventas se dispararon, aunque para entrar en el mercado estadounidense tuvo que obtener la aprobación de la FDA. Una vez acabados los trámites, las cifras de negocio se dispararon. Aunque Stamp no quiso dar una cifra aproximada de sus ganancias, cabe deducir que son increíbles, ya que sólo, para adaptar el barco necesitaron invertir más de 4,5 millones de dólares.