
Dormir en un iglú o en una cabaña, o en medio de un lago, o en una tienda india, o en un monasterio del siglo XV. El hotel puede ser sólo el lugar donde alojarse o constituir una experiencia única e irrepetible.
El hotel puede suponer una experiencia en el marco de un viaje. Puede incluso convertirse en la experiencia. Una nueva web parece destinada a satisfacer ese tipo de inquietudes, www.hotelesoriginales.com.
El grupo Destinia ha reunido en ella una selección de los hoteles más audaces de todo el mundo para ese tipo de viajeros ávidos de nuevas experiencias. Las hay realmente extremas, como el hotel Grúa de Harlingen, en Holanda, enclavado en una grúa industrial giratoria o el Winvian, en un pueblo del Estado de Connecticut, en Estados Unidos, que hare modelado un antiguo helicóptero y lo ofrece de lujoso alojamiento.
Pero en realidad se encuentran propuestas para todos los gustos y constituye una fuente de ideas amplia para aquéllos que estén diseñando un viaje diferente y dotado de atractivo. Por ejemplo, ¿quién se resistiría al encanto de alojarse en medio de un lago en el corazón de Suiza? El Hôtel Palafitte se sostiene sobre varios pilotes enclavados en el lago Neuchâtel. Cuenta con 24 suites independientes desde 285 euros, con terraza privada, escalera para poder bajar al lago a bañarse y vistas espectaculares.
Igual de tentador resulta el Hotel Kolarbyn, a dos horas de Estocolmo. Se trata de doce cabañas en un bosque a orillas de un lago. No tienen electricidad y cuando anochece es necesario encender lámparas antiguas o velas. Eso sí, hay confortables mantas de piel de oveja y una estufa para la que, obviamente, habrá que buscar... leña. Toda una aventura.
Cada propuesta de hotel es una invitación a soñar. En Arizona, Estados Unidos, se encuentra el Motel Wigwam, que como su propio nombre indica está compuesto por 15 habitaciones que son en realidad recreaciones de los wigwam de unos cuatro metros de diámetro y nueve de altura en los que vivían los americanos nativos al estilo más tradicional. Y quien piense que una propuesta así puede resultar muy costosa, se equivoca. En este caso la estancia sólo cuesta 48 euros la noche en un wigwamdoble.
Estancia mágica
Uno de los más fascinantes es sin duda el hotel Iglú Dorf, una iniciativa del artista Adrian Günter, que construyó el primero de ellos en 1996. A partir de entonces, cada año se replica la experiencia que aguanta desde Navidad hasta principios de abril. Luego,como es lógico, la magia se derrite.
Hay pueblos de iglús en Suiza y Alemania y cada uno de ellos se construye con 3.000 toneladas de nieve. Toda la decoración interior está hecha por artistas nuits de Canadá y está llena de esculturas de animales, tales como focas, ballenas, osos polares, todas iluminadas por velas.
La estancia en un iglú tampoco es desorbitada: desde 99 euros hasta 139 euros, la noche por persona. Por este precio, se puede disfrutar de la comida y bebida del lugar, al igual que de la sauna y de la piscina. Hay iglús para grupos e iglús con suites románticas que incluyen un jacuzzi. Y para paladares selectos, en esta página también puede encontrarse un hotel mucho más sofisticado: un palacio del siglo XV enclavado en el corazón de Maastrich, Holanda.
El Kruisherenhotel se encuentra en un edificio que data del 1483. Sus habitaciones conservan la arquitectura original en torno a un claustro, pero están remodeladas y equipadas; y la nave central de la iglesia es ahora un salón en el que se sirven los desayunos. El palacio tiene bodegas, biblioteca, capillas que son ahora saloncitos... todo por unos 150 euros la noche.