Opinión

Hundir la economía

  • Trump sí puede imponer a España un arancel distinto al de la UE a productos específicos
  • Estados Unidos es el primer destino de las inversiones en el exterior fuera de los mercados comunitarios
El Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, hablando con el Presidente de los EEUU, Donald Trump

José María Triper
Madrid,

Decíamos tras la reciente cumbre de la OTAN en La Haya que lo más grave de la amenaza de Trump de duplicar los aranceles a España y hundir nuestra economía es que puede hacerlo. Y si algo define al presidente norteamericano, aparte de su egocentrismo extravagante, es su carácter rencoroso y vengativo. Ni olvida ni perdona.

Sánchez que no se atrevió a decir nada cara a cara a Trump durante la cumbre de la Alianza Atlántica, se esconde ahora tras las faldas de Úrsula Von der Layen argumentando que los tratados comerciales los negocia la Unión Europea y no los estados miembros. Verdad a medias que solo intenta engañar y confundir. Porque si es verdad que Trump no puede imponer un arancel general a España diferente al del conjunto de la Unión, si puede hacerlo a productos específicos y tenemos los precedentes de las aceitunas de mesa o del acero que ya soporta un arancel del 50% desde 2018, lo que prácticamente ha expulsado a las empresas europeas del mercado norteamericano.

Omite Sánchez que normativa de la Organización Mundial de Comercio (OMC) permite esta aplicación unilateral a productos concretos alegando prácticas de dumping, subsidios ilegales o invocando la cláusula de seguridad nacional. Maquinaria y equipo mecánicos y eléctricos, productos farmacéuticos, además de aceites y vinos son las exportaciones que estarían en el punto de mira de Trump provocando un mayor deterioro de una balanza comercial bilateral que ya es deficitaria para España en 5.173 millones de euros durante los primeros cuatro meses de este año, 3.590 millones más que en enero-abril de 2024. Y para muestra un botón, sólo en abril, el primer mes con los aranceles de EEUU a la UE en vigor, nuestras ventas en el mercado americano, primer destino de las ventas españolas fuera de la UE, han caído un 13,8%.

Estados Unidos no es sólo nuestro primer cliente mundial fuera de la UE sino que también es el primer destino de las inversiones en el exterior fuera de los mercados comunitarios y Trump puede castigar a empresas específicas mediante barreras regulatorias que afectarían directamente Indra en el sector de la defensa y a las constructoras y las energéticas con presencia en EEUU. A la inversa vemos ya como la inversión procedente de Estados Unidos en el primer trimestre de ese año ha sido de sólo de 652 millones de euros, con una caída interanual del 53%, 744 millones menos. Añadir a esto que como apuntaba estos días Iván Alonso, analista económico en Onda Cero, una de las herramientas "más efectivas y discretas" que tiene Estados Unidos es la limitación de visados laborales y estudiantiles para ciudadanos españoles, medida afectaría especialmente a sectores como la tecnología, la investigación académica y las filiales de empresas españolas en territorio estadounidense.

Y al margen de los daños en la economía, en el terreno de la geopolítica vuelve a aparecer la sombra de Marruecos. España en la era Sánchez se ha convertido en un país irrelevante en la política internacional y Washington nos ha sustituido por Rabat como su aliado estratégico en el Mediterráneo. Un Marruecos cuyo rearme avanza a un ritmo cada vez mayor respaldado por Estados Unidos y por Israel y que afecta indirectamente a España y a las reivindicaciones alauitas sobre Ceuta, Melilla y Canarias.

Recordemos que Marruecos restableció relaciones con Israel como parte de los Acuerdos de Abraham y desde entonces las relaciones de defensa entre Israel y Marruecos están desarrollándose muy rápido. Han realizado maniobras militares conjuntas; Israel es ya el tercer suministrador de armas de Marruecos y la empresa israelí Blue Bird va a abrir un centro de producción de sus sistemas aéreos no tripulados en el reino alauita.

Y ante este escenario la pregunta que surge es obligada: Polonia, Alemania, Finlandia, Estonia y el resto de socios de la OTAN ¿van a mover un dedo o poner en riesgo la vida de un soldado ante un no tan hipotético desafío marroquí a España? Pues a todo esto es a lo que no exponen las veleidades de rebelde anti yanqui adolescente de Sánchez y el sometimiento al chantaje de sus socios populistas e independentistas amigos de Putin, de Maduro, de Irán y del resto de las dictaduras del llamado "eje del mal" para atrincherarse en La Moncloa.