Demasiados escollos en la reforma de las pensiones
Miguel Ángel Bernal
Durante esta semana hemos conocido los planes del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (MEI) sobre la reforma proyectada del sistema de pensiones español. Dos han sido las medidas que más han acaparado la atención de la misma. La primera es el destope de la base máxima de cotización, actualmente en algo más de 48.000 euros, por debajo de otros países de nuestro entorno y la segunda el Mecanismo de Equidad Intergeneracional, MEI, el cual viene a sustituir al nunca aplicado factor de sostenibilidad diseñado durante el Gobierno de Rajoy.
Centrándonos en este último, el MEI fija un aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social de un 0,6%, elevación que comenzará a desembolsarse en el año 2023. El reparto de este aumento es que el empleador se hará cargo del 0,5%, correspondiendo al trabajador el 0,1% que resta. Esta elevación es una aportación finalista, destinada al pago de pensiones, la cual estará vigente durante 10 años, 2023 a 2033, una vez llegado a su fin se revisará su vigencia o modificación de la medida.
Esta medida ha sido rechazada de pleno por los empresarios, los cuales se han levantado de la mesa y no han consensuado su aplicación, surge así el primer escollo. Recordemos que desde Bruselas se ha insistido en que la reforma debe contar con los parabienes de todos los agentes implicados algo que, como hemos visto, no se cumple. La reforma de las pensiones es una de las condiciones, no la única, para la llegada de los fondos de recuperación orquestados por la Comunidad Europea, los famosos Next Generation Europe Union (NGEU).
La medida trata de ir dotando fondos a una hucha para que cuando se produzca la jubilación masiva de las personas en la franja de los cincuenta años, los baby-boomers, no ponga en riesgo la sostenibilidad financiera de las pensiones. De acuerdo con las previsiones del ministro Escrivá, con las aportaciones más los rendimientos proporcionados, se llegaría a acumular un monto de unos 40.000 millones para 2033, para ello el ministro calcula una tasa de retorno entre el 4 al 5%. La cantidad estimada por el ministro para muchos, entre los que me incluyo, nos parece demasiado abultada. Teniendo presente que se podrían obtener unos 2.000 millones al año, según cálculos del grupo de investigación en Pensiones y Protección Social de la Universidad de Valencia y Extremadura, el monto total a los diez años al 5% superaría los 25.000 millones, muy lejos de lo calculado por el Ministerio. Segundo escollo: todo parece indicar que con esta medida no se podrá atender en su totalidad el déficit de las pensiones cuando lleguen las jubilaciones masivas.
Siendo llamativa la diferencia, por lo abultado de la misma, lo más significativo y contradictorio es que se denomine "de equidad generacional" pues no hay ni rastro de lo que ello significa. El MEI es tan solo un mecanismo recaudador que traslada el déficit contributivo de las pensiones a los jóvenes, los cuales tendrán que hacerse cargo del mismo aumentando sus cotizaciones y por tanto elevando el coste laboral para los empleadores. No existe, pues, la equidad sino un trato discriminatorio y lesivo para nuestros jóvenes, los cuales ya están fuertemente castigados por el paro, la precariedad y los bajos salarios, otro importantísimo escollo.
El déficit de las pensiones se equilibra con aumento de la demografía, del trabajo y salarios altos es decir teniendo presente la demografía y el mercado laboral. Sobre la primera, la demografía, tan solo debemos decir que España ocupa una posición destacada entre los países más envejecidos del mundo, una tendencia que además se acelerará fuertemente en los próximos años. En cuanto a nuestro mercado laboral nos encontramos que perdemos población activa, es decir trabajadores. Nuestros jóvenes, precisamente los que van a cargar con el pago de la recaudación del MEI, tienen una tasa de desempleo que es de las más altas de los países de nuestro entorno. España es uno de los países donde el incremento de los costes laborales más se ha agudizado, tal y como señalan desde la patronal y otras entidades, cargar el déficit a los salarios repercutirá en un freno a la creación de empleo lo que, a su vez, incrementa la posibilidad de un aumento de la economía sumergida. Otro escollo que debería tenerse muy presente, el problema del desempleo y la economía sumergida en nuestro país necesita ser abordado urgentemente, solucionar el fuerte de desempleo es fundamental para el sistema de pensiones público.
Como puede apreciarse este MEI no presenta más que escollos, todos ellos de gran importancia. Esta es una medida cortoplacista, sin visión del largo plazo. Olvida o no quiere atender a las pirámides de población y al enorme problema del envejecimiento de nuestro país. Es más que probable que no consiga la dotación estimada por el Ministerio. Quizá lo más importante y preocupante es una medida que carga a las generaciones más jóvenes el pago de las pensiones. La reforma de las pensiones no pueden dejar de lado todos estos aspectos; es necesaria una reforma realizada con criterios técnicos, no políticos y de corto plazo. Escrivá no pensaba así cuando estaba en la Airef. ¿Qué ha ocurrido para este cambio?