Opinión
Se van despejando incógnitas sobre el sector inmobiliario
Víctor Alvargonzález
Hace meses escribí que, gracias al adelanto en la vacunación, el Reino Unido se había convertido en un indicador adelantado de como sería la economía después de la pandemia.
Ahora ya tenemos estudios centrados el sector inmobiliario. Y muestran datos curiosos e inesperados. Por ejemplo que un 90 % de los trabajadores británicos han vuelto o planean volver en breve a la oficina, contradiciendo la opinión de que el teletrabajo se convertiría en predominante.
No voy a entrar en los motivos por los que los trabajadores - o sus jefes - prefieren que se trabaje en la oficina a que se haga desde casa, porque para mi lo importante es el dato y, sobre todo, su significado de cara a la inversión en el sector inmobiliario en general. Esta información tiene mucha más miga de la que parece y va más allá de si oficina sí u oficina no.
Hace ya varios meses, en mi newsletter "Los Cuadernos del Mercado" hice un análisis sobre cómo podría ser la evolución del mercado inmobiliario tras la pandemia. Y me planteaba tres cuestiones. La primera era si invertir o no en locales de oficinas. La segunda, qué pasaría con la inversión en vivienda, es decir, si la gente preferiría el chalet adosado para así poder salir al jardín si algún día volvieran los confinamientos, o si, por el contrario, volvería a estar más valorado un piso en el centro. La tercera era si el sector inmobiliario se vería tan beneficiado como las bolsas de la lluvia de dinero de los bancos centrales, puesto que, al menos hasta la fecha, no se había notado mucho. Y cuando digo las bolsas aclaro que no me refiero a la española, que es desgraciadamente un caso aparte por su mala evolución.
En aquel estudio respondía primero a la última pregunta porque es la más importante. Si no hay dinero para el "ladrillo", de poco sirve saber qué puede funcionar mejor. Mi respuesta de entonces fue que, aunque fuera con retraso, el sector también se vería beneficiado por la lluvia de millones del estímulo monetario. Se ha ido confirmando en Estados Unidos o el Reino Unido, algo menos en España. Pero ocurrirá. Aquí todavía hay mucho miedo a sacar el dinero de la cuenta corriente o el depósito y hasta hace poco han funcionado muy bien los fondos de renta fija. Pero ese dinero que está en depósitos y cuentas irá perdiendo el miedo. Y en un país con poca cultura financiera y mucha tradición inmobiliaria como España, irá a buscar rentabilidad al "ladrillo".
En cuanto al dinero que está en fondos de renta fija, ya le está viendo las orejas al lobo. Se van apagando las compras del BCE y los fondos de renta fija han dejado de generar plusvalías. Pronto ese dinero se convertirá mayoritariamente en "ladrillero", ya que gran parte corresponde a inversores conservadores poco preparados o deseosos de invertir en renta variable.
Pero ese dinero ¿irá a pisos en el centro o a chalés unifamiliares en las afueras? Y tampoco está tan claro en el caso de las oficinas, porque la gente puede volver a la oficina, sí, pero las empresas pueden preferir que esa oficina esté en el extrarradio y no pagar el precio de tenerla en el centro. Pero a mí lo que me interesa es la importancia sociológica del dato con el que iniciamos este articulo, porque de él se podrían desprender todas demás las respuestas. No olvidemos la enorme importancia de la sociología en la economía y en los mercados.
Si la tendencia psicológica y sociológica es a eliminar el virus y los confinamientos de la memoria y vivir como si no hubieran existido - una reacción bastante típica del ser humano tras un trauma -, en ese caso lo que mejor funcionará como inversión es lo que ya funcionaba bien antes de la pandemia: el piso en el centro, el local comercial en esa zona donde la gente le gusta ir a pasear, el restaurante en la zona de moda, etc.
Me dirán que cómo siendo especialista en fondos de inversión y ETF hablo del mercado inmobiliario y además lo recomiendo. La respuesta es sencilla: el mercado inmobiliario es un sector más y con fondos de inversión y ETF se puede invertir en cualquier tipo de activo, sector o país. De hecho, hacerlo a través de fondos es más sencillo. La segunda es que siendo asesores independientes no cobramos comisiones de los productos que recomendamos, es decir, no ganamos más por recomendar fondos de renta variable que por recomendarle a alguien que se compre un piso o un fondo del sector inmobiliario. Nuestro modelo de negocio es dar buenos consejos, no obtener la mayor comisión posible de la gestora o el banco de turno por recomendar sus productos.