Opinión

En el ecuador del ejercicio bursátil

  • Pese al miedo a la inflación, el semestre ha sido excepcional en renta variable
Quienes se dejaron llevar por el miedo se perdieron el buen comportamiento del mercado desde finales de 2020.

Víctor Alvargonzález

Uno de los mayores peligros a los que se enfrentan los inversores es el ruido mediático. Especialmente el de la redes sociales. Este último es particularmente peligroso, porque hay un montón de gente que está tratando de llamar la atención para captar seguidores o clientes, y hace ya muchos años que se ha puesto de moda captarlos mediante el miedo.

En realidad no es nada nuevo. Las noticias que venden más periódicos no han sido nunca las buenas, han sido siempre las malas o las escabrosas. Y si son ambas cosas, mejor.

En las redes sociales han aprendido la lección y se han dado cuenta de que para que la gente lea un tuit es mucho más eficaz decirle que viene una crisis que darle información objetiva. Genera más likes el miedo que la realidad.

Pero quien ha preferido el aburrimiento de los datos reales ha tenido su recompensa. En forma de participación en uno de los mercados más alcistas de los últimos 50 años. Por el contrario, el que vivía en el miedo que le transmitían los influencers, no tomó nota cuando, en mayo del año pasado, supimos que tendríamos una vacuna para el Covid-19. O que los bancos centrales lo iban a dar todo para que la economía aguantara el tipo durante los confinamientos.

Tampoco pudieron valorar la importancia de los planes de estímulo económicos de los Gobiernos para retomar el crecimiento. Y así es como se han perdido un "subidón" bursátil histórico.

Pero nunca es tarde para volver a ser realistas, especialmente en los negocios. Visión positiva o visión negativa, pero tratando de que esté basada en la realidad, no en la manipulación interesada.

Previsiones confirmadas

Así que vayamos a los hechos. Pese al nuevo "espantajo" -la inflación-, los mercados de renta variable vuelven a cerrar un semestre extraordinariamente positivo. Y se confirma nuestra previsión, tanto de la gran rotación que se generaría a la salida de la pandemia como de que la revolución digital seguiría viva y coleando. Una cosa no quita la otra. Puede empezar a entrar dinero en determinados sectores que habían funcionado muy mal durante la pandemia, pero eso no implica que deje de entrar en los buenos modelos de negocio digitales, especialmente en los más innovadores o capaces de quitarle cuota de mercado a las empresas analógicas.

Otro hecho incontestable es el mal comportamiento de la renta fija de medio y largo plazo. Se acabaron las plusvalías y ahora solo queda un cupón ridículo que se lo comen las comisiones de gestión (que en realidad son sobre todo de distribución). Especialmente en España, donde las comisiones son las mayores del mundo como consecuencia de las barreras de entrada que se han creado a la revolución de las comisiones -bajada de las comisiones- que se está produciendo en el mundo entero.

Si las anteriores son características importantes de lo realmente ocurrido en los mercados en los últimos seis meses, ¿cuáles pueden ser las más importantes de los próximos?

Probablemente la más importante será el inicio del tapering, que, por cierto, no significa que la Reserva Federal deje de comprar bonos, sino que reduce las compras al considerar que la economía ya puede prescindir de una de las muletas del estímulo monetario.

Que empiece el tapering no significa que finalice la tendencia alcista en las bolsas, pero podría generar una pausa o incluso una corrección de cierta magnitud. Pero si el tapering coincide con buenos resultados empresariales y se equilibra la oferta con la demanda para que se modere la inflación, en ese caso será más una pausa que otra cosa. Cuestión distinta será cuando la Reserva Federal cierre definitivamente el grifo, pero eso no será el próximo semestre.

En cuanto a la Gran Rotación entre activos sectores y países, seguirá su curso. Simplemente porque la realidad es que siguen en vigor las fuerzas que la han generado.

Lo que sí podría hacer el tapering es exacerbar la tendencia bajista de los bonos con vencimiento a medio y largo plazo y, en consecuencia, de los fondos de renta fija que invierten en estos activos. Tengamos en cuenta que este semestre han funcionado mal incluso cuando la Reserva Federal y el Banco Central Europeo han seguido comprando bonos a mansalva (especialmente este último). Si la Fed deja de comprar se notará en el precio de los bonos norteamericanos, pero también en los europeos. Ya conocen el refrán: "Si las barbas del vecino ves cortar, pon las tuyas a remojo".