Opinión

El plan propagandístico de Sánchez

    Análisis de los puntos oscuros del plan de recuperación de Sánchez

    Juan Fernando Robles

    El resiliente Sánchez, cuya nefasta gestión de la pandemia ha contribuido al mayor descalabro económico de Europa y casi del mundo, dice ahora que lo va arreglar puliéndose 72.000 millones de euros de los programas europeos en los próximos 3 años. Y va y le pone una cifra a los puestos de trabajo que va a crear, como si no supiéramos ya que jamás ningún político creó puesto de trabajo alguno, puesto que son las empresas las que los crean si les dejan. Esa mágica cifra es de 800.000 nuevos trabajadores y es un número exacto al que hace décadas dijo que iba a crear otro socialista, Felipe González. Entonces, la broma que circuló es que lo que quería decir es que iba a crear 800 o 1.000 y que en realidad no le habíamos entendido.

    El Plan que Sánchez ha presentado es cualquier cosa menos un plan, puesto que no pasa de las musas al teatro y concreta menos que el contrato de los Hermanos Marx. Este Gobierno de atrezo sabe construir normas para restringir derechos y estados de alarma, pero de gestión andan flojitos, quizás porque no están para esas minucias, sino para los grandes números que acaban en poco o nada. De todos los beneficiarios que iba a haber del ingreso mínimo vital (IMV), nos enteramos ahora que no aprueban ni la mitad de los que son capaces de gestionar y que muchos de ellos ni siquiera van a ver un céntimo hasta entrado el año que viene. Pero eso ya no está de moda y lo que hay que hacer es anunciar nuevas cifras mágicas, para seguir encandilando a los muy fan, que veremos en que quedan. No se iba a dejar a nadie atrás, pero como hubiera dicho Cantinflas, tampoco delante.

    Por muchas razones, es difícil tomar muy en serio a este Gobierno. Transita entre el autoritarismo y el ridículo como el que pasa de la risa al llanto sin solución de continuidad y cree que por el mero hecho de hacer una presentación muy aparente se le tiene que hacer la ola. Pero la realidad de los datos está ahí y la falta de medidas concretas, no para 2023, sino ahora, es más que evidente, al margen de unos Ertes que suponen demorar problemas, muchos de ellos que no van a tener solución, que es como ponerse una venda para no ver la triste realidad.

    Muy bien, vamos a quemar los 72.000 millones en lo verde y lo digital, que es para lo que son, y con eso se conseguirá que la legión de camareros, de personal de los hoteles y de dependientes en paro pasen a ser los hombres 5G, porque lo verde y lo digital les va a reinsertar en el mercado laboral transformados en ecologistas e informáticos, o algo así.

    Este Gobierno construye normas que restringen derechos, pero de gestión anda flojo

    Todo eso del Next Generation UE está muy bien, pero dónde están las medidas para solucionar los problemas de actividades que en nuestra economía representan un 20% del PIB. Es como el Plan E de ZP, que invirtiendo en bordillos creía que iba a solucionar el problema de desempleo y nos encontramos que costaba más el cartel anunciando la obra que el propio bordillo y al final todos al paro.

    Se nos habla de reformas, pero no se dice cuáles ni en qué sentido. El Gobierno acompasará las inversiones y gastos verdes y digitales con una agenda reformista y ya nos podemos echar a temblar. Van a poner a un comité de expertos, que quizás exista, a modernizar el sistema tributario y cuando un socialista dice modernizar lo que cabe esperar es una subida de impuestos generalizada, y no a los ricos como también erróneamente quiere Podemos, sino a todo hijo de vecino.

    Este Gobierno en economía es como el niño que despieza un juguete y que no sabe cómo volver a encajar las piezas. En lugar de intentar arreglar lo que se ha roto, se pone a jugar con el juguete de al lado. No quiere saber nada del turismo, la hostelería, el pequeño comercio y todas las empresas auxiliares, verdaderos paganos de esta crisis, y se pone a jugar con el juguete verde y digital, 5G incluido, porque va a ser la panacea y además a gastos pagados. Pero con eso solo no se tapa el agujero de PIB que nos queda, ni se reconstruyen sectores empresariales clave para el empleo y la economía, para los que este Gobierno no parece tener ningún plan.

    El Ejecutivo carece de una hoja de ruta para los sectores que son claves para el empleo y el PIB

    Así que volvió a salir Sánchez y nos dijo que la primera parte de la segunda parte es igual a la segunda parte de la primera parte, pero lo que sacamos en claro es que no sabe por dónde se anda, que le van a dar un dinero, veremos cuándo, y que con eso dice que va a llegar al 2023 con todo bien arreglado, supongo que para ir a unas elecciones en que los españoles, alborozados, vuelvan a ungirle con el cetro presidencial y pueda volver a ponerse detrás de los Reyes en los besamanos o, si todo avanza como quieren algunos, quizás delante.