Espabilar: la palabra mágica
Pilar Llàcer
Hay un refrán que algunos atribuyen a San Ignacio de Loyola que dice: "En tiempos de turbación (o tribulación), no hacer mudanza", que llevado a la actual situación podría significar: "Vamos a esperar a que vuelva todo a la normalidad que conocemos antes de hacer cualquier cambio". Y así es como hemos entrado en un septiembre turbulento por un virus que ha dejado a toda la sociedad sin apenas movimiento.
Casi todas las empresas de todos los sectores, cuando hay turbulencias, sean financieras o de otro tipo, piensan en la palabra maldita: despido. Desde marzo estamos con los Ertes, pero estas regulaciones de empleo son temporales… ¿o no? Es probable que muchos sectores no vuelvan a la antigua normalidad. COVID19 ha destapado la caja de los truenos de la digitalización y ha eliminado la certeza de que ciertos sectores alimentarían el PIB y el empleo para toda la vida. Por eso precisamente ahora es el momento de hacer cambios de rumbo y no esperar esa supuesta vuelta a la normalidad.
Los acontecimientos provocados por la crisis sanitaria han cambiado de forma radical y muy rápida el consumo, la forma de trabajar, en definitiva, la forma de ser y estar en el mundo. ¿Debemos quedarnos esperando o espabilar de una vez? Según el diccionario de la RAE, la palabra "espabilar" significa avivar y ejercitar el entendimiento, perder la timidez, salir del sueño, sacudirse la pereza y, por último, apresurarse, darse prisa en la realización de algo.
Pues bien, todos los profesionales que viven dentro de las empresas agazapados pensando que no van a perder su trabajo tienen que empezar ya a hacerse una pregunta fácil: si me despiden mañana ¿mis funciones, mi puesto y mis competencias son las que se demandan en el mercado de trabajo? Recomiendo hacer una consulta rápida de las posiciones más buscadas porque si no, por mucho que tengamos el curriculum actualizado, con inglés, presente en todos los portales de empleo y en redes sociales y contemos con muchos contactos, NO vamos a encontrar trabajo. No nos empeñemos en ser como el sello que añora la correspondencia de buzones.
Los negocios que no se han transformado digitalmente deben YA dejar de pensar que los turistas van a volver al centro de las ciudades para comprar. El consumo ya era digital y ahora mucho más.
El sector turístico, que aportaba un 15% del PIB y generaba alrededor de un 18% del empleo, no puede digitalizarse porque en él hay elementos como la experiencia, el tacto, el sol y la playa que necesitan gafas, pero no de realidad virtual. Sin embargo, es uno de los sectores que más tiene que cambiar y reflexionar porque, más allá de esta crisis sanitaria, existen factores relacionados con el cambio climático, el incremento de las temperaturas o la subida del nivel del mar que dejarán a nuestro país sin turistas de nuevo.
En cuanto a sectores como el de la educación, no es suficiente improvisar un simulacro de formación a distancia con la esperanza de volver a la presencialidad, como ocurre con el teletrabajo. La improvisación es una técnica que no funciona dos veces y sin embargo no se ha realizado un debriefing para ver qué había funcionado bien y qué no.
En resumen, solo nos queda espabilar para estar bien posicionados en un mercado de trabajo y consumo complejo, porque en tiempos de mudanza es bueno hacer cambios, en tiempos de pandemia, obligatorio.