Bolsa, mercados y cotizaciones
Efecto Lagarde en el mercado: la heredera perfecta del whatever it takes de Draghi
- Su perfil político debería ayudar a navegar al BCE por territorio desconocido
- La herencia recibida definirá sus primeros años al frente de la institución
- Los inversores premian el descarte de Wiedmann o banqueros afines
Francisco S. Jiménez
¿Será halcón o paloma? Es la gran pregunta que se hacen los inversores sobre Christine Lagarde, tras su nominación para presidir el BCE. Considerada dovish, la incógnita está en el aire por su escasas intervenciones sobre política monetaria, pero su perfil estará condicionado por la herencia recibida de Mario Draghi. Hay muchas posibilidades de que se estrene después de que el BCE haya recortado intereses -hay quien espera la primera rebaja para septiembre- y anunciado nuevas medidas de estímulo. Los expertos ponen en valor su faceta como política para mantener unido al BCE si se adentra aún más en el territorio desconocido de los tipos negativos.
El mercado está dando un gran recibimiento a la que será la nueva presidenta del BCE, a partir de noviembre. Es la lectura simplista por las subidas en la renta variable europea, al descartar la llegada de un 'halcón' (o hawkish) y una política más crítica con los estímulos como podía haber sido Jens Weidmann, el presidente del Bundesbank que también sonaba para ocupar el trono del BCE. Pero a la vez que sube la bolsa, los intereses de la deuda soberana profundizan en territorio negativo. Un movimiento más difícil de interpretar teniendo en cuenta que los inversores están apostando por nuevas medidas de estímulo económico, que incluye recorte de tipos, y, a la vez que los mayores movimientos se está dando en la deuda periférica, donde los activos de España o Portugal, siguen ofreciendo rentabilidades positivas. Otra señal de que las oscilaciones del mercado podrían ser de pánico es la subida del oro marcando nuevos máximos históricos.
La nominación de Lagarde fue una sorpresa, y una de las opciones escondidas bajo la mesa, para desencallar las negociaciones de reparto de poder en las instituciones europeas entre los líderes europeos. Alemania consiguió quedarse con la presidencia de la Comisión Europea, cerrando la puerta a Jens Weidmann, el eterno candidato a suceder a Mario Draghi. El camino estaba despejado para que Francia moviera ficha y propusiera a su candidata. Lagarde, cercana a la familia de los Populares, cumplía el requisito de limar las aristas que podían generar otro de los candidatos galos como François Villeroy de Galhau.
Y su mandato para los próximos ocho años también puede ser una sorpresa. La mayoría de analistas coinciden en señalar que su perfil principalmente político, sin experiencia en banca y con escasa formación económica de primer nivel, es una incógnita para definir su figura. En la eterna lucha entre palomas y halcones, entre los partidarios de una política monetaria acomodaticia y ortodoxa, Lagarde está por moldear.
Lagarde ha alabado la defensa que hizo Draghi del euro y apoyó la compra de bonos
"Lagarde no ha dado discursos de política monetaria destacables, aunque sí se ha mostrado partidaria de las políticas no convencionales" del BCE para sacar al euro de la crisis, destacan los analistas de Danske Bank. Durante su mandato en el FMI alabó el whatever it takes de Draghi en 2012 y apoyó públicamente el programa de compra de bonos por parte del BCE. Pero sin duda lo que definirá su perfil en los primeros años será la herencia que deja Draghi. El actual presidente estará en el cargo hasta el próximo 31 de octubre, con lo que hay dos reuniones claves del Consejo de Gobierno del BCE, la del 25 de julio y la de septiembre. El mercado descuenta movimientos con bajadas de tipos para septiembre y la posibilidad de reactivar la compra de deuda. Y todo con la presión añadida de que hay serias posibilidades de que la Fed se adelante al BCE a final de este mes para reducir los tipos de interés.
Con alta probabilidad, Lagarde tendrá que gestionar el BCE con tipos negativos y nuevas medidas que incluyen el escalonamiento de la tasa de depósitos o volver a sacar el bazuca para adquirir deuda soberana. "Su trayectoria en el FMI, con plena confianza en el personal técnico, no implica un cambio inminente en la política monetaria del BCE", subraya Piet Christiansen de Danske, aunque el experto cree que Lagarde irá más allá de Draghi y ampliará el arsenal del BCE.
"Lagarde se inclinará por una postura dovish moderada, para dar continuidad a la presidencia de Draghi y ser un importante catalizador para el mercado", señala Frederik Ducrozet de Pictet.
Otra de las características que deberán marcar su mandato será su oratoria y capacidad para hacer llegar el mensaje del BCE. Lagarde no irá a la zaga de Draghi de hacer magia con las palabras.
Los presidentes de los bancos nacionales suelen adoptar una postura más conservadora y proteger más los intereses de sus países
"Parece probable que confirmará whatever it takes y continuará con una política monetaria pragmática", explican desde ING, pero lo más importante es lo que hará Lagarde a medio plazo. "Si el BCE bajo Lagarde estará o no dispuesto a ir tan lejos como Draghi a donde ningún banco central europeo ha ido antes, dependerá del nuevo equilibrio de poder entre Consejo de Gobierno y los gobernadores nacionales". Aquí la figura de política adquiere más relevancia en la lucha entre halcones y palomas dentro del BCE.
Los presidentes de los bancos nacionales suelen adoptar una postura más conservadora y proteger más los intereses de sus países. De ahí, que los halcones suelan pertenecer a los países del norte, empezando por Alemania. Weidmann en los últimos años ha sido el azote de las medidas de Draghi y el partidario de volver cuanto antes a la normalización de la política monetaria. La posibilidad de su nombramiento hubiera puesto muy nervioso a los mercados. "Tenemos la esperanza de que Lagarde pueda contribuir a tener una mejor sintonía con Berlín", explica Ducrozet.
"Es importante limitar los desacuerdos tanto como sea posible, para que las decisiones del Consejo no se ven socavadas por los miembros disidentes y no aparezca resentimiento", recuerdan Gregory Claeys y Tanja Linta del think thank de Brugel. En la etapa de Draghi, el BCE entró en una nueva fase en la toma de decisiones. Ha sido el presidente que ha aprobado las medidas más controvertidas con una simple mayoría en el Consejo, abandonado la tradición de Trichet y Duisenberg de alcanzar consenso y unanimidad. Con Lagarde el BCE transitará por un territorio desconocido sonde las nuevas medidas serán muy difíciles de aceptar por parte de algunos miembros del BCE.
"La próxima presidenta del BCE no debe intentar alcanzar la unanimidad o el consenso a toda costa, ya que esto podría llevar a decisiones demasiado tímidas o demasiado tardías que podrían ser perjudiciales para la economía de la zona del euro", subrayan.