Bolsa, mercados y cotizaciones
Una tormenta de verano sacude a la industria militar europea en los mercados: la incertidumbre y las expectativas insatisfechas lastran al sector
- Las armamentísticas están cayendo hasta un 4% en bolsa
- Las noticias de una desescalada aumentan la incertidumbre
- Disparo de alcance: tres firmas europeas duplican su valor de mercado gracias al rearme europeo
Julio De Manuel Écija
Lo que es bueno para la paz es malo para la industria de la guerra. El sector de la defensa está sufriendo fuertes retrocesos en un aumento de la incertidumbre de las armamentísticas europeas. Una 'tormenta' perfecta de acontecimientos están sacudiendo a las firmas, que ponen en entredicho su potencial en bolsa. Rheinmetall, la principal empresa militar alemana y una de las favoritas del parqué bursátil este año, sufre un retroceso del 4% en el arranque de la jornada. El resto de campeones nacionales ha seguido su estela: la italiana Leonardo desciende un 2%, la española Indra ha bajado hasta un 1,5% (aunque ha girado al alza), la británica BAE Systems cae un 1%, la francesa Thales se deja un 1,5% y la sueca Saab retrocede un 2%, entre las principales bajadas.
Las razones detrás de los descensos son el embargo de armas de Alemania a Israel, la cumbre de Alaska sobre Ucrania de los presidentes de Rusia y EEUU, Vladímir Putin y Donald Trump, y unas expectativas sobredimensionadas de beneficios que varias firmas no han podido cumplir. Hablando en román paladino: los inversores esperaban más ganancias en tiempos cada vez más belicosos. Pero, de momento, ni las firmas militares generan tanto dinero, ni las guerras en curso parece que vayan a intensificarse.
De Gaza a Ucrania
Alemania es el segundo proveedor de armamento de Israel y para la industria germana el Estado Hebreo representa una importante fuente de ingresos. El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo estima que el 13% de las exportaciones armamentísticas de Alemania entre 2022 y 2024 recalan en Israel, lo que convierte al país judío en un socio estratégico de la industria armamentística del país germano.
Debido a los planes de invasión de Benjamín Netanyahu sobre Gaza, el Gobierno alemán ha decidido bloquear las exportaciones de armas hasta nuevo aviso ante una crisis humanitaria que está sacudiendo a la opinión pública de Europa y que deja más de 61.000 muertos, destrucción y la mayor hambruna de Oriente Medio. No obstante, lo que puede ser una herramienta para detener el conflicto y aliviar el drama humano es un 'mal negocio' para las armamentísticas alemanas y sus contratos con Israel.
El otro mazazo a la industria de la guerra proviene del Pacífico. La cumbre de Alaska entre Putin y Trump prevista este viernes es el primer encuentro entre los dos mandatarios desde que el republicano regresó a la Casa Blanca y representa el primer viaje del presidente ruso a suelo norteamericano desde los tiempos de Bush (sin contar las conferencias en la ONU). Las expectativas de alcanzar un alto el fuego en Ucrania entre ambos mandatarios a espaldas de Kiev y el resto de Europa son altas.
El encuentro soslayado a los intereses rusoestadounidenses hace temer a los inversores el peor de los escenarios. Un acuerdo a espaldas de Europa puede dañar las pretensiones armamentistas de la Comisión Europea, desmilitarizar al mejor cliente de las compañías militares e incluso forzar a más compras procedentes de empresas estadounidenses en momentos que las firmas europeas quieren llevar la batuta del rearme en suelo continental.
Demasiado hype por los cañones
Las altas expectativas de ingresos y beneficios previstas para el segundo trimestre han quedado en un sueño. Varias firmas, incluida Rheinmetall, no han satisfecho los objetivos que el mercado esperaba y anticipan una industria de la guerra que tardará más tiempo del esperado en sintetizar la lluvia de millones que se viene del rearme europeo. No ha explotado ninguna burbuja: compañías como Indra o Saab han duplicado su valor desde comienzos de año; Rheinmetall lleva un crecimiento de más del 150% y otras empresas como BAE Systems o Leonardo se han revalorizado entre un 50% y un 70%.
Tampoco significa que los países dejen de comprar armas. La mayoría de los servicios de inteligencia europeos estiman que, aunque se firme la paz con Ucrania, Rusia podría lanzar una invasión en el Báltico en los próximos años. Todos los Estados adscritos a la OTAN se han comprometido a aumentar el gasto militar por sus propios medios, intentando minimizar la dependencia hacia EEUU. Algunos de los últimos ejemplos es la fabricación alemana de 3.500 tanques Leopard 2 y blindados GTX Boxer para disuadir a Rusia.
Los beneficios de la industria de la guerra están asegurados para los próximos trimestres. Los movimientos bursátiles de hoy, sin embargo, llaman a la cautela. El mercado parece pronosticar un futuro cercano con menores ganancias de las previstas ante un sector que ha duplicado su valor en bolsa en menos de seis meses. Quizá el 'hype' se está desinflando en torno a la guerra, aunque sus cimientos seguirán fuertes.