Bolsa, mercados y cotizaciones

Invertidos en renta variable, pero siempre vigilantes

Pendientes de las bolsas de EEUU

Guillermo Ruiz de Azúa
Madrid,

Recientemente, las elecciones presidenciales en EEUU han llegado a su fin, disipando con ello la incertidumbre que pesaba sobre los mercados de renta variable. A pocas semanas de finalizar el año, los principales índices bursátiles acumulan revalorizaciones más que aceptables: el índice S&P 500 y el índice EuroStoxx 50 han experimentado revalorizaciones del 24% y 7% respectivamente. A continuación, vamos a repasar la situación y las perspectivas para la economía y los mercados de renta variable. Para ello, como en otras ocasiones, nos centraremos en EEUU por su relevancia.

Desde el punto de vista económico, nuestro escenario más probable sigue siendo el del aterrizaje suave: la inflación está remitiendo (ver gráfico) sin perjudicar al crecimiento y el desempleo continúa repuntando. Mientras no cambie la situación, la Reserva Federal (Fed) tiene margen para seguir bajando los tipos de interés, y tanto la renta variable como la renta fija, tienden a tener un buen comportamiento en este entorno.

En cuanto a los mercados, identificamos varias dinámicas que auguran la continuación de la tendencia positiva en renta variable, al menos hasta el final del año. En primer lugar, la tendencia general de la bolsa es alcista. Es verdad que este año la subida se ha concentrado mucho en las compañías de mayor capitalización, que son además las que más pesan en los índices. Sin embargo, estamos observando como poco a poco van mejorando más compañías.

En segundo lugar, continúa el mejor comportamiento de sectores cíclicos (financiero, industrial, tecnología y consumo discrecional) frente a sectores defensivos (consumo básico, salud, eléctricas e inmobiliario), síntoma de que los inversores siguen confiando en la expansión económica. Dentro de los sectores cíclicos, destaca el comportamiento especialmente positivo del sector financiero, lo cual sugiere que no se anticipa un deterioro inminente en la economía.

En tercer lugar, las condiciones crediticias permanecen favorables, respaldando la financiación de las empresas a tasas competitivas. Los diferenciales de crédito que las empresas pagan por emitir deuda continúan reduciéndose, alcanzando mínimos de muchos meses. Esta situación facilita la expansión empresarial, lo que puede reflejarse en un impacto positivo en sus resultados financieros y en sus cotizaciones en bolsa. En caso de un cambio en las perspectivas económicas, podríamos esperar un deterioro del crédito, algo que no se observa en este momento.

En cuarto lugar, el sentimiento inversor refleja un nivel de optimismo elevado, aunque sin llegar a la euforia ni a una sobreponderación extrema en renta variable. Por lo tanto, este factor aún no representa un impedimento para que las subidas en bolsa continúen.

En quinto lugar,nos encontramos en un periodo estacional históricamente favorable para el mercado bursátil, una tendencia que tiende a extenderse hasta el comienzo del nuevo año, lo cual refuerza la expectativa de que podrían alcanzarse niveles superiores en bolsa.

A pesar de estos factores positivos, encontramos dos factores que podrían frenar la subida bursátil. Por un lado, la valoración de la bolsa permanece alta, tanto en términos absolutos como relativos.

En términos absolutos, el índiceS&P 500 cotiza a 20 veces los beneficios previstos para los próximos 12 meses, por encima de su media histórica de 15 veces.

En términos relativos, y dado el nivel actual de tipos de interés, la renta variable ha perdido atractivo en comparación con la renta fija. Por ejemplo, el bono de gobierno de EEUU a diez años ofrece un rendimiento nominal del 4,45%, y el TIP (bono de gobierno ligado a la inflación) ofrece una rentabilidad real del 2% a igual plazo.

En conclusión, considerando los factores anteriormente expuestos y en ausencia de cambios significativos en la economía y/o en los mercados, es probable que el buen tono en bolsa se mantenga hasta el cierre del año, permitiendo que, por ahora, sigamos invirtiendo en renta variable.