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Citi advierte al inversor de la llegada de un periodo de inflación y tipos de interés artificialmente bajos

  • "Recomendamos reducir los niveles de liquidez y poner el dinero a trabajar"
  • La inflación y los bajos tipos erosionarán el poder adquisitivo del inversor conservador
  • La represión financiera busca que la inflación supere a los tipos de interés

Vicente Nieves

Los economistas de Citi han lanzado una advertencia importante a los inversores en sus perspectivas para 2021: la represión financiera estará pronto de vuelta y podría hacer mucho daño a los inversores más conservadores. La represión financiera es la combinación de unos tipos de interés bajos y una inflación más alta que el 'precio del dinero'. Esta combinación puede erosionar los ahorros de los inversores que decidan mantener su dinero en determinados activos de renta fija. "Urgimos a los inversores con exceso de liquidez que pongan su dinero a trabajar o correrán el riesgo de perder poder adquisitivo".

El documento destaca que "la represión financiera (tipos de interés artificialmente bajos combinados con una inflación más alta) representa una amenaza para la cartera principal de los inversores. Concéntrese en activos que ofrecen flujos de ingresos reales positivos y en la diversificación".

Los niveles de deuda pública están llegando a cotas que en un contexto de tipos de interés algo más elevados serían insostenibles. La forma más sencilla (a la par que injusta para algunos ahorradores/inversores) para lograr que estos niveles de deuda caigan es generar inflación sin subir los tipos de interés. La inflación genera un mayor PIB nominal que reduce los ratios de deuda sobre PIB.

"En los próximos años, esperamos que varios bancos centrales punteros a nivel mundial apliquen una política de 'represión financiera'. Esto implica mantener deliberadamente los tipos de interés artificialmente bajos durante un período prolongado. Además de intentar fomentar un mayor crecimiento económico, el objetivo es generar más inflación. Específicamente, la represión financiera busca una tasa de inflación que supere el nivel de los tipos de interés. El impacto de tales políticas erosiona el valor del efectivo y de ciertos bonos. Esto genera tipos de interés reales negativos que tienen ciertos atractivos obvios para los gobiernos en este momento", explican los analistas de Citi.

Ayuda a reducir la deuda

Las tipos de interés artificialmente bajos facilitan a los gobiernos el pago de los intereses sobre sus deudas, también es cierto que ayudan a los agentes privados que más endeudados (empresas, familias con hipotecas...). Muchos de estos agentes se encuentran con una carga de deuda aún mayor tras estos meses de pandemia, lo que pone en peligro el crecimiento económico futuro. Por todo ello, parece casi seguro que los bancos centrales optarán por mantener unos tipos de interés bajos aunque la inflación alcance o supere al objetivo del 2% en los países desarrollados.

Pero hay otra razón por la que es probable que los bancos centrales mantengan los tipos artificialmente bajos. "Aunque no lo admitirán fácilmente, una tasa de inflación más alta que los tipos de interés erosiona el valor real de las deudas. Por lo tanto, los gobiernos no solo pagan tipos de interés más bajos sobre sus préstamos, sino que finalmente hacen más fácil el pago de la deuda porque la inflación erosiona el valor de esas deudas. En otras palabras, la represión financiera es una transferencia forzada de riqueza de los dueños de bonos y otros ahorradores a los prestatarios o agentes endeudados", señalan desde Citi.

La represión financiera se puso en práctica tras la II Guerra Mundial

Aunque parezca algo muy raro (nos estamos acostumbrando a la baja inflación o casi deflación), como política, la represión financiera está lejos de ser nueva. "La represión financiera se puso en práctica en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos buscaban reducir la carga de deuda que habían acumulado para financiar su esfuerzo de la guerra. En EEUU, por ejemplo, la deuda pública como porcentaje del PIB se encontraba en niveles similares a los actuales. La Reserva Federal puso en marcha el control de la curva de tipos (comprando deuda a determinados plazos para evitar que los intereses subiesen) entre 1942 y 1951. Durante este período, se viviendo episodios la inflación que superaron ampliamente los tipos 'topados', erosionando el valor real de la deuda del gobierno de EEUU. A medida que la inflación aumentó lo hacía también el PIB nominal, mientras que la deuda caía con fuerza.

Los expertos de Citi recomiendan un giro drástico en las carteras de los inversores si no quieren perder poder adquisitivo durante esta era de represión financiera. Por un lado recomiendan reducir al máximo la liquidez, que ahora mismo está remunerada prácticamente al 0% y lo seguirá estando. Por otro, la exposición a los bonos seguros debe reducirse, aunque puede mantenerse una pequeña parte como cobertura por si vienen mal dadas.

"En términos generales, las acciones son hoy la clase de activos que generan más ingresos que la renta fija de alta calidad. La rentabilidad por dividendo de las acciones globales es ahora el doble que el rendimiento agregado de los bonos globales Por lo tanto, creemos que los dividendos pueden sustituir parte de los ingresos de la cartera que muchos bonos ya no proporcionan", sentencian estos expertos. La renta variable parece la mejor inversión en tiempos de represión financiera. El oro también suele ser un activo que, al menos, sirve para conservar el poder adquisitivo durante episodios de este tipo.