¿Hasta dónde puede subir la inflación? Un rebote intenso que podría tener las patas muy cortas
- Los expertos hablan de un rebote fuerte que se difuminará en 2022
- Hay voces que aseguran que la inflación podría descontrolarse a futuro...
- ... tras unas políticas monetarias y fiscales que están siendo muy expansivas
Vicente Nieves
En las últimas décadas la inflación ha ido perdiendo interés en las economías desarrolladas. Factores estructurales como el envejecimiento y el buen hacer de los bancos centrales han 'adormecido' este indicador que otrora despertaba auténtico pánico entre inversores, ahorradores y consumidores. Es más, en los últimos años, el IPC ha destacado más por su escaso crecimiento (también es preocupante), llegando a coquetear con la deflación (caída sostenida de los precios). Sin embargo, el intenso cambio de tendencia que se ha visto en enero y unas expectativas de inflación en máximos de dos años parecen haber devuelto algo de protagonismo a los precios. Pero, ¿hay que volver a temer la inflación o es cosa de dos días?
ABN Amro: "Mirando al futuro más próximo, la aceleración de la inflación está lejos de haber terminado"
El IPCA (Índice de Precios al Consumo Armonizado) anual de la zona euro se ha situado en enero en el 0,9%. El dato no parece muy alto, ni siquiera se acerca al objetivo del 2% que establece el Banco Central Europeo, lo que llama la atención es el intenso giro que se ha producido, que ha cogido a pie cambiado a los analistas. En diciembre de 2020, la inflación estaba en el -0,3%, quinto mes consecutivo de tasas de variación negativas.
Un cúmulo de factores temporales está teniendo un impacto más fuerte de lo esperado en la inflación. Es previsible que estos factores vayan disipándose a lo largo de 2022 (el choque se produce ahora cuando los precios se comparan con el mismo periodo del año anterior), por lo que todo hace indicar que aunque la inflación seguirá subiendo durante este año, el rebote de los precios tiene las patas muy cortas.
No obstante, existe bastante controversia al respecto, porque más allá de estos efectos temporales, algunos economistas creen que las políticas monetarias y fiscales sin precedentes (mucha liquidez y ayudas directas a la economía) que se han llevado a cabo en medio mundo van a terminar impulsando la inflación de una forma más aguda y duradera, algo que todavía está por ver. Ahora mismo, todo ese dinero y liquidez está dando vueltas en los mercados financieros (acciones, bonos...) o atascado en las cuentas de ahorro de familias y empresas. Pese a todo, en un mundo de tipos de interés muy bajos (los depósitos no dan nada) y de estancamiento de los salarios, cualquier alza de los precios por temporal que sea erosionará el poder adquisitivo de las familias.
Hasta la fecha, la inflación ha despertado por circunstancias transitorias que tendrán impacto este año, pero no en 2022. Una de ellas es la 'subida' del IVA en Alemania tras la bajada temporal implementada en julio de 2020. Según los analistas de Citigroup esto ha podido sumar unos 0,3 puntos porcentuales al dato de inflación de la zona euro.
Retraso en las rebajas
Ricardo Murillo Gili, economista de CaixaBank Research, señala en una nota que también ha sido importante para el dato de enero "el retraso de las rebajas en ciertos países de la Eurozona. En Francia, por ejemplo, las rebajas empezaron dos semanas más tarde que el año anterior, lo que tiene un efecto en la inflación del mes de enero, pero que en febrero debería desaparecer".
Este experto también destaca el cambio de las ponderaciones en la cesta de inflación. El IPCA es un conjunto de bienes y servicios (una cesta de la compra) seleccionados por expertos que ponderan el peso medio de cada bien y servicio en el gasto de los consumidores europeos. "Cada mes de enero Eurostat (agencia de estadística de Bruselas) ajusta el peso de cada uno de los productos y servicios que componen la cesta del IPCA según los patrones de consumo del año anterior. Pese a no disponer todavía del máximo detalle de estos nuevos pesos, los datos agregados de los principales componentes nos muestran cómo tanto los alimentos elaborados como los no elaborados tienen ahora una mayor importancia en la cesta". Según los expertos de Citigroup esto puede haber sumado otros 0,2 puntos porcentuales al dato de enero de IPCA.
Por otro está la mejora relativa en los servicios y la energía, junto a la subida de precios de los alimentos (+1,9%) a nivel global. Los primeros han subido un 1,4% interanual y la energía ha caído un -4,1%, frente a las caídas cercanas al -8% de buena parte de 2020. De este modo, la energía sigue restando a la inflación pero con mucha menos intensidad que el año pasado tras el estallido de la crisis del covid-19.
La energía tiene la clave para descifrar el nivel de precios de este año. Su peso en la cesta del IPCA casi alcanza el 10% de forma directa, pero de forma indirecta puede tener un impacto aún mayor. Las subidas del precio del petróleo o de la electricidad repercuten directamente sobre los costes en los que incurren las empresas, que a la postre son las que establecen los precios de los bienes y servicios. De modo que la energía impacta de forma directa en el IPCA (gasolina, electricidad, gas...) y de tiene efectos de segunda ronda (los costes de producción). El petróleo Brent, de referencia en Europa, cotiza por encima de los 55 dólares el barril, mientras que en en los últimos tres trimestres de 2020 el precio estuvo entre 30 y 45 dólares más o menos. Si el crudo se mantiene en estos niveles, la inflación rebasará con creces el 1% de crecimiento anual en varios meses.
Nick Kounis, economista de ABN Amro comenta que "mirando al futuro, la aceleración de la inflación está lejos de haber terminado. La inflación energética que ha sido menos negativa en enero, probablemente se disparara a territorio positivo en los próximos meses y podría hacer que la inflación suba casi un punto porcentual en comparación con los niveles actuales, antes de volver a caer", explica .
Desde UBS explican que el desplome del petróleo entre enero y abril de 2020 debería generar efectos de base (se compara el precio actual con el del año anterior) positivos muy significativos este año. "Utilizando las ponderaciones preliminares del IPCA para 2021, calculamos que el efecto base debería sumar 1,1 puntos porcentuales a la inflación de la Eurozona entre febrero y mayo. Con todos estos combinados creemos que la inflación general de la zona euro podría alcanzar el 1,9% en mayo, caer a alrededor del 1,6% en junio y julio, y luego volver a subir a alrededor del 2% en el segundo semestre de 2021.
En la segunda mitad del año, cuando se alcanzará o superará el 2% de inflación, se sumará otro empujón de la subida del IVA en Alemania, en julio de 2020 es cuando entró en vigor la rebaja y por tanto cuando se verá el cambio en términos interanuales (efecto de base): "Es probable que veamos una mayor presión al alza por los cambios del IVA en Alemania, especialmente en el verano debido a los efectos de base... Por lo tanto, parece probable que 2021 sea un año de inflación relativamente elevada", explica el experto. En el caso de España, los analistas de Funcas prevén que la inflación ronde el 1% durante los primeros seis meses del año, mientras que en octubre, noviembre y diciembre podría alcanzar e incluso superar el 2% anual.
Hasta aquí la historia para 2021. Más adelante, otros factores y fuerzas pueden afectar a los precios. El consenso de los expertos sostiene que la inflación de 2021 será temporal y en 2022 volverá la debilidad que nos ha acompañado en los últimos años. No obstante, algunos economistas como David Folkerts-Landau, economista jefe de Deutsche Bank, creen que el fuerte aumento de la base y la oferta monetaria, junto a unas políticas fiscales que han ido teledirigidas hacia el bolsillo del consumidor, generarán una inflación fuerte que terminará siendo problemática de 2022 en adelante. El tiempo dirá.