Reportajes

Porsche reinventa la deportividad

Hace unos pocos días, el Consejo de Supervisión de Porsche AG daba luz verde para la producción del Porsche 918 Spyder ante la abrumadora buena acogida que ha tenido este prototipo por parte del público y de los clientes.

Este mismo Consejo de Supervisión ha encargado al Consejo de Dirección de Porsche la misión de desarrollar un modelo de producción basado en este modelo: concepto de un deportivo con motor central y altas prestaciones, equipado con la tecnología híbrida enchufable se vio por primera vez en los Salones del Automóvil de Ginebra 2010 (por lo no esperaado fue una de las novedades más sorprendentes) y de Auto China, en Pekín.

Según Michael Macht, Presidente y Consejero Delegado del Consejo de Dirección de Porsche AG: "La producción de una serie limitada del 918 Spyder demuestra que estamos en el camino adecuado con nuestro concepto Porsche Intelligent Performance (Prestaciones Inteligentes de Porsche), que combina unas prestaciones excepcionales con propulsores muy eficientes. Desarrollaremos el 918 Spyder en Weissach y lo ensamblaremos en Zuffenhausen. Esto también es un compromiso muy importante con Alemania como base de nuestra producción. En el futuro ofreceremos, sin duda, deportivos eléctricos. Pero para nosotros este concepto sólo tiene sentido si proporciona unas prestaciones y una autonomía comparable a la de los vehículos deportivos actuales".

Superdeportivo de bajo consumo

El prototipo del 918 Spyder permite alcanzar, por un lado, unas emisiones de CO2 de tan sólo 70 g/km, lo que corresponde a un consumo de combustible de 3 l/100 km, según la norma NEDC; y, por otro, las prestaciones de un súper deportivo que supera los 600 caballos de potencia. Esta tecnología de propulsión extremadamente eficiente se combina en el 918 Spyder con un diseño fuera de lo común. Por otra parte, esto se combina con las prestaciones de un superdeportivo, que se traducen en una aceleración de 0 a 100 km/h en nada más que 3,2 segundos y una velocidad máxima de más 320 km/h, lo que le ha valido para bajar de los 7:30 minutos en el mítico circuito de Nürburgring Nordschleife, un tiempo aún más rápido que el del Porsche Carrera GT.

Este biplaza abierto está propulsado por un motor V8 de altas revoluciones que desarrolla más de 500 CV y gira hasta las 9.200 rpm, junto con unos motores eléctricos adicionales, en los ejes delantero y trasero, que en conjunto desarrollan 218 CV. El motor V8 de combustión interna es una evolución del de 3.4 litros que ya utilizaba el RS Spyder de competición y está colocado en posición central, por delante del eje trasero. La potencia se transmite a las ruedas a través de una caja de cambios de doble embrague, que también recibe parte de la fuerza del sistema de propulsión eléctrico para las ruedas traseras. El motor eléctrico delantero envía la potencia a las ruedas de ese eje con una relación de transmisión fija.

Una batería de ion-litio refrigerada liquida y situada detrás del lugar ocupado por el pasajero almacena la energía. El gran avance para un híbrido es que la batería puede ser cargada en una red eléctrica normal. Otro punto positivo es que la energía cinética del coche se convierte en energía eléctrica para alimentar a la batería cuando se aplican los frenos, proporcionando así una fuerza adicional para una aceleración rápida y dinámica.

Cuatro modos de conducción

Un botón en el volante permite al conductor elegir entre cuatro modos de funcionamiento diferentes: el modo E-Drive es para que el coche se desplace únicamente con propulsión eléctrica hasta un máximo de 25 kilómetros. En el modo Hybrid el 918 Spyder usa ambos sistemas de propulsión, el eléctrico y el del motor de combustión, en función de las condiciones de conducción y de los requerimientos de cada instante, ofreciendo una amplia gama de posibilidades, desde la máxima eficiencia en el consumo de combustible hasta una potencia extra.

El modo Sport Hybrid utiliza también ambos sistemas, pero más enfocado a las prestaciones. La mayor parte de la potencia va a las ruedas traseras, con el sistema Torque Vectoring como ayuda adicional para mejorar las cualidades dinámicas del coche.

En el modo Race Hybrid los sistemas de propulsión buscan las prestaciones puras para sacar el máximo de la conducción en pista, rodando al límite de su potencia y dinamismo. Con la batería suficientemente cargada, se consigue una potencia eléctrica adicional cuando se aprieta un botón (E-Boost), por ejemplo, para hacer un adelantamiento o conseguir mejores prestaciones puntuales.

Trabajando con la electricidad

La propulsión eléctrica jugará un papel cada vez más importante en el fortalecimiento del concepto Porsche Intelligent Performance (Prestaciones Inteligentes de Porsche). Para combinar mayor eficiencia con menores consumos y emisiones contaminantes, Porsche AG está trabajando intensamente no sólo en el desarrollo del concepto híbrido que ya se encuentra en fase de producción normal, sino también en otras pruebas prácticas dentro del "Modelo para la Electromovilidad en la Región de Stuttgart", un proyecto donde se están utilizando tres coches laboratorio con propulsión cien por cien eléctrica y basados en el Porsche Boxster.

En el proceso de pruebas, estos tres Boxster eléctricos proporcionarán una primera aproximación importante a nuevos componentes para dicho tipo de propulsión, así como para los sistemas de baterías utilizados en esos vehículos completamente eléctricos. Las pruebas, que comenzarán a principios de 2011, pretenden además obtener nuevas conclusiones a cerca de las infraestructuras requeridas para la electromovilidad, el comportamiento de los usuarios y las demandas para futuros productos.

Precisamente este es el motivo por el que Porsche se concentra en tecnologías que, por un lado, incrementan las prestaciones y, por otro, mejoran la eficiencia, lo que significa realzar las cualidades de la conducción diaria. Ejemplos de ello son la inyección directa de combustible, el Porsche-Doppekupplungsgetriebe (caja de cambios de doble embrague Porsche), el sistema VarioCam Plus, el turbocompresor con geometría variable para los motores de gasolina y el Auto Start Stop combinado con la transmisión de doble embrague en el nuevo Porsche Panamera.

El híbrido de competición

Desde hace mucho tiempo, la marca germana está convencida de la movilidad eléctrica como una forma de ayudar a preservar el medio ambiente y ahorrar recursos en el mundo. Un buen comienzo lo tenemos ya en el sistema híbrido del 911 GT3 R Hybrid, que ha sido desarrollado especialmente para la competición, con dos motores eléctricos de 82 CV en el eje delantero para complementar los 480 CV del propulsor de seis cilindros situado en la parte de atrás. Las baterías convencionales se reemplazan por un generador eléctrico, un sistema que recarga y almacena energía cuando el conductor frena para entregarla posteriormente a esos motores eléctricos. El 911 GT3 R Hybrid ha demostrado ya sus cualidades en competición en las 24 Horas de Nürburgring.

Ya en la actualidad, con el lanzamiento del Cayenne S Hybrid, Porsche ofrece también el primer automóvil de producción en su gama que puede funcionar solamente en modo eléctrico. El Cayenne S Hybrid, que tiene una potencia de 380 CV, consume 8,2 l/100 km de combustible y sus emisiones de CO2 se reducen a 193 g/km. Esta misma tecnología híbrida se empleará en el futuro Panamera S Hybrid que llegará al mercado el próximo año.

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