Es divertido, bonito, lujoso, deportivo y tiene un motor de seis cilindros en V de 320 CV. ¿Alemán? No, pero ahí va una pista más: puede adquirirse desde 45.600 euros. Tantas buenas cualidades por ese puñado de dinero sólo pueden llegar del lejano oriente, para ser más concretos, del país del Sol Naciente. Mucho por un precio bastante razonable en comparación con la competencia, ese el arma de Infiniti y esa es la mejor manera de describir al G Coupe.
La línea de este coupé japonés es muy bonita y llamativa, pero no deja de ser una cualidad que dependerá de los gustos de cada persona. Da igual, porque este coche convence con datos objetivos. Y el principal argumento imparcial es su único propulsor disponible. Se trata de un seis cilindros en V de 3,7 litros de cilindrada y 320 CV de potencia. Está disponible con una caja de cambios manual de seis velocidades o una automática de siete velocidades, que es de la que disponía la unidad de prueba.
Es recomendable la elección del cambio secuencial con levas en el volante, que junto con el motor forman un tándem nacido para hacer disfrutar al conductor. De hecho, con los dos en acción, el vehículo es capaz de realizar el 0 a 100 kilómetros por hora en 5,9 segundos. El propulsor empuja con muchísimas ganas desde muy bajas revoluciones y parece que nunca se cansa de hacerlo ya que "estira" hasta más allá de las 7.200 rpm.
Y si cambio y motor son buenos, la dirección no se queda atrás. Tiene un muy buen tacto y es muy precisa. Si a esto le añadimos que estamos ante un tracción trasera, tenemos que reconocer que en Infiniti han logrado un deportivo con carácter pero fácil de conducir, es decir, es un conjunto muy redondo.
Debilidades en el Interior
Los puntos débiles del vehículo se encuentran en su interior. Los materiales utilizados y los ajustes son buenos, pero en líneas generales, la percepción general de calidad, tan apreciada en los vehículos Premium, se queda unos escalones por debajo de la de Audi o BMW.
La ergonomía está poco conseguida. El posicionamiento de algunos mandos quedan lejos del alcance del conductor y accionarlos requiere dejar de prestar atención a la carretera. Un buen ejemplo de ello es el navegador, y el otro el ordenador de abordo, que incomprensiblemente tiene que manejarse desde un botón situado en la parte superior derecha del trozo de salpicadero que cubre el cuadro de mandos.
El conductor no padecerá uno de los mayores puntos débiles del vehículo: la habitabilidad de las plazas traseras. El espacio para las piernas puede calificarse de justo, pero la altura es muy pequeña y cualquier pasajero con una estatura de 1,80 metros tendrá que viajar con la cabeza agachada.

Conclusión:
El Infiniti G Coupe es un deportivo que gustará a aquellos que buscan en este tipo de coches diversión al volante, que en este caso está garantizada con un gran motor y una dirección que puede estar entre las mejores del mercado. La marca japonesa además ofrece un equipamiento de serie mucho más amplio que el de sus rivales alemanes a igualdad de precio. Pero no todo puede ser perfecto, el saldo que hay que pagar por estas grandes cualidades es una ergonomía con algunos defectos y un espacio interior muy justo.