Pruebas

El Audi Q5 más accesible: ¿una opción que merece la pena?

El Q5 equipado con el conocido motor 2.0 TDI de Audi es el modelo de acceso a la gama con un precio que parte de los 38.390 euros. La pregunta que se puede hacer cualquier potencial comprador es si este motor es suficiente para mover el peso de un SUV que cuenta con una buena habitabilidad y la gran calidad de acabados tan característicos de la marca de los cuatro aros.

El 2.0 TDI de 143 CV con el un nuevo sistema de inyección common rail del Grupo Volkswagen es el más pequeño de los motores diesel que se ofrecen en la gama del Q5. Las otras opciones de gasoil son las del "primo mayor" con el que comparte una cilindrada de 1.968 centímetros cúbicos pero que desarrolla 170cv y el 3.0 TDI de 240CV.

Algo perezoso

Los 143 CV parece que se quedan algo cortos para el Q5. Desde parado y en las continuas frenadas y arrancadas de la conducción en ciudad al coche le cuesta iniciar la marcha. Las prestaciones hablan por sí solas ya que tarda 11,4 segundos en pasar de 0 a 100 kilómetros hora, un tiempo excesivo para un modelo que presume de carácter deportivo. En carretera y autovía, esconde bastante bien su pereza y en las maniobras de adelantamiento y en las posibles aceleraciones que provoque el tráfico el brío del propulsor se muestra más que suficiente. Otro punto a su favor es el consumo. La marca habla de 6,5 litros cada 100 kilómetros de media en ciudad y carretera, pero en la prueba el vehículo consumió un litro más, una cifra que de todas formas es muy buena para un coche de estas características.

Rodar por vías interurbanas bien asfaltadas con el Q5 es un placer. El coche se muestra dócil y ágil, a pesar de su carrocería de SUV. No estamos hablando por ejemplo del nivel de una berlina como el A4, porque la carrocería tiende a inclinarse ligeramente en curvas a alta velocidad, pero el estilo de conducción se le acerca mucho más de lo que algunos detractores de los todoterrenos pueden pensar. Por ciudad, sus ocupantes se encontrarán con las típicas incomodidades de un vehículo de estas características al aparcar o al circular por calles estrechas, pero la sensación es igualmente de ir en un coche más pequeño y bajo.

La culpa de que el Q5 se maneje tan bien tanto en ciudad como por carretera la tienen una dirección suave y bastante precisa (todavía no al nivel de las de BMW) y unas suspensiones que tiran a duras, pero que tratan bien al pasaje cuando el pavimento se encuentra en mal estado, aunque en este apartado es importante destacar la opción del sistema de regulación Audi drive select, con el que se puede realizar una regulación electrónica de la amortiguación para elegir entre una posición confortable, deportiva o intermedia. También merece una mención especial el cambio manual de seis velocidades, de recorridos cortos y precisos.

En cuanto a la conducción fuera del asfalto, el Audi Q5 también se desenvuelve con soltura, aunque no se le puede exigir demasiadas valentías. El ESP y el ABS incorporan campos característicos específicos para la conducción offroad y se incluye una función especial que ofrece su asistencia al conductor en el descenso de pendientes.

La postura de conducción en el Audi Q5 es más alta que en cualquier berlina, pero a pesar de ello, los conductores acostumbrados a una posición baja también se sentirán cómodos porque la regulación de los asientos permite situarse bastante pegado al suelo.

Espacio y buena modularidad

Los compradores objetivos de un SUV como este buscan la modularidad y espacio de un monovolumen pero en una marca Premium. El Q5 cumple en este apartado. El maletero tiene una capacidad de 540 litros, y su espacio es muy aprovechable gracias a un suelo completamente plano, a un borde de carga bastante bajo y un boca de ancho de 105 cm.

El volumen del maletero puede casi triplicarse bajando los respaldos de los asientos traseros, divididos en una relación de 60:40. El maletero ampliado tiene un volumen de 1.560 litros (con carga hasta el techo) y un largo de carga de 170 centímetros. Puede ampliarse aún más si se opta por la opción del asiento del acompañante con un respaldo abatible hacia delante. El Q5 también ofrece otro opcional que aporta al maletero una versatilidad aún mayor: la banqueta trasera plus, que puede desplazarse 10 cm hacia delante. El equipamiento opcional incluye también un accionamiento eléctrico para el portón del maletero.

Conclusión:

Con el 2.0 TDI de 143 CV el Q5 se vuestra bastante lento de reacciones a bajas revoluciones. Los amantes de las prestaciones ya se pueden olvidar de esta opción. Sin embargo, para una conducción más tranquila (normal), y sobre todo para hartase a hacer kilómetros por carretera cómodamente con unos consumos buenos es una muy buena opción. Particularmente, optaría por una motorización más potente, como la 2.0 TDI de 170 CV pero, ¿merece la pena pagar los más de 3.000 euros de más que cuesta? Eso ya es cuestión de preferencias y de presupuestos.

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