El automóvil se encuentra en constante evolución y así se cobra innumerables víctimas que van desapareciendo a lo largo del tiempo dando motivos para el lamento de los aficionados al motor más nostálgicos. Pero cuando esos 'caídos' son auténticos deportivos con un carácter arrollador, la tristeza es si cabe mayor. El Honda NSX constituye un buen ejemplo de ello.
Presentado por el mítico piloto Ayrton Senna, quien también contribuyó a su desarrollo, este superdeportivo biplaza sorprendió a comienzos de la década de los 90 con un carácter y unas prestaciones que venían directamente del mundo de la competición y que suponían una verdadera revolución por aquellos años: una tecnología de encendido directo, un sistema de ventilación que enfriaba el vano motor, una inyección programada o un diferencial de control de par que asistía en el mantenimiento de la estabilidad del vehículo eran sólo algunas de las innovaciones que incluía aquel NSX.
Deportividad para todos los públicos
Con un motor de 3.0 litros V6, los 274 CV que entregaba a 8.300 revoluciones por minuto empujaban los 1.350 kg de peso con una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 5 segundos y llegaba a alcanzar los 273 km/h de velocidad máxima. Su consumo se movía en entre los 15,1 litros en ciudad y los 11,2 a 120 km/h.
Pero lo mejor del Honda NSX, que competía de tú a tú con coches aún más míticos como el Toyota Supra, residía en un carácter polivalente que, por encima de su deportividad extrema, permitía ser conducido prácticamente en cualquier tipo de circunstancias y por cualquier tipo de conductor. Ello era posible gracias precisamente a la introducción de elementos como la dirección asistida, cuya presencia en deportivos aún asustaban entonce a los más puristas, o la fabricación de su carrocería en aluminio, que le conferían una ligereza impropia de otros vehículos de su segmento para un manejo más cómodo y natural.
El pronto regreso de la leyenda
Honda dejó de fabricar su NSX a mediados de la pasada década para pesar de muchos, dejando un hueco que aún no ha sido capaz de llenar en su oferta. Tanto que hace un año, en el Salón de Detroit, la firma presentó al que llamó NSX Concept, del cual enseñó una versión renovada en la última edición de dicha muestra, con el que pretende volver a posicionarse con contundencia en el segmento de los deportivos de altas prestaciones.
Aún no hay siquiera una fecha aproximada de lanzamiento para el nuevo y esperado NSX, pero los 400 CV de su motor V6 en posición central le han hecho merecedor de la condición de uno de los supercoches que más expectación generarán sin duda en los próximos años. Todo ello menos de una década después de su desaparición, lo que evidencia lo mucho que le han echado en falta los más aficionados al motor clásico.
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