
El cierre de la central nuclear de Garoña podría ser reversible en "los próximos meses". Es una afirmación del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que este fin de semana supeditó el cambio de plan a que se cumplan ciertas condiciones económicas, de seguridad y medioambientales.
En una entrevista en la localidad francesa de Aix-en-Provence, Soria subrayó que, dado que su cierre se produce "por motivos económicos", de mejorar ese aspecto podría reconsiderarse su situación.
"Tendremos los próximos meses para determinarlo, pero va a depender mucho de las condiciones económicas que ese cese definitivo pueda convertirse en una apertura", indicó Soria, según el cual "lo único que requeriría es un real decreto".
El Ministerio de Industria firmó el viernes pasado la orden de cese de explotación de esa central, la más antigua y pequeña de España, y la autorización para su explotación por parte de su propietaria, Nuclenor, expiró este sábado.
La reforma energética que prepara el Gobierno, según indicó, no va a afectar "de manera singular" a su futuro, porque lo que sí tuvo incidencia sobre todas las centrales "fue el impuesto que sobre almacenamiento de residuos nucleares fue aprobado" el pasado diciembre".
Soria refirió que la la reforma le quedan sólo "algunos retoques", relacionados fundamentalmente con la distribución de los costes, antes de llevarla "que de aquí a no mucho" al consejo de ministros.
El objetivo de su puesta en marcha, explicó, es precisamente "reducir los costes", así como controlar esas partidas que a su juicio "son evidentemente superfluas". "Uno de los problemas del sistema eléctrico español es que pagamos por algunas cosas que no deberíamos pagar y que por otras pagamos más", concluyó, e indicó que en todas las actividades reguladas -transporte, distribución, sistemas insulares o primas del régimen especial- va a haber cambios "de cierta consideración".