Motor

El accidente que ha dañado la imagen de Toyota y Lexus

"Estamos en un Lexus, estamos yendo hacia el norte en la (carretera) 125 y el acelerador está bloqueado. ¡Estamos en un aprieto! No hay frenos... Nos estamos acercando al cruce, agarraos, agarraos y rezad... ¡Rezad!" Esta dramática llamada de emergencia, proveniente de San Diego (EEUU) se remonta al 28 de agosto de 2009, según el International Herald Tribune.

El Lexus ES350, fabricado por Toyota, salió de la calzada, se prendió fuego y murieron sus cuatro pasajeros, tras chocar contra un todocamino a casi 200 km/h. Un accidente que, lejos de apuntarse al conductor de la potente berlina -un experimentado policía de tráfico-, se ha achacado a un presunto defecto de fabricación del acelerador de Toyota, que puede no volver en su posición inicial cuando se presiona. Este problema amenaza con convertirse en la peor pesadilla en materia de calidad y seguridad en la historia, hasta ahora intachable, del fabricante.

Las investigaciones, por parte de la propia compañía, sobre la seguridad de los Toyota se han extendido a Europa y Asia y afectan a unos nueve millones de automóviles en todo el mundo. Para más inri, ayer se hicieron públicas cien quejas en EEUU y 14 en Japón sobre el sistema de frenado del Prius, el exitoso modelo híbrido de la firma nipona.

Poca transparencia

Si se demostrara que el acelerador ha causado el accidente de San Diego y otros similares, se trataría de un precedente gravísimo, pero hay más: la reacción de la firma, e incluso de las autoridades, no ha sido ni rápida, ni eficaz, ni transparente. Lo cierto es que el fabricante ha dado, a lo largo de varios meses, muchas explicaciones a un problema aparentemente idéntico, y pasó de desestimar las quejas recibidas a parar la producción en sus plantas. Además, todavía quedan algunas cuestiones por esclarecer... y el problema puede remontarse a mucho antes del accidente de San Diego.

Según el Herald Tribune, de hecho, Toyota llevaba años recibiendo quejas relacionadas con el sistema de aceleración. Concretamente, entre 2002 y 2005, un 20% de 432 quejas estudiadas en los EEUU hablaba de una "repentina o no deseada aceleración". Pese a ello la compañía dijo en junio de 2008 que se trataba de una "cuestión de conducción, desligada de la seguridad". Sólo después del accidente llegó una primera explicación sobre la causa del defecto del sistema de aceleración.

En septiembre de 2009, la NHTSA (el equivalente estadounidense de la DGT) invitó a los propietarios de algunos modelos de Toyota a retirar la alfombra cercana a los pedales, debido a que podía interferir con el recorrido del acelerador.

El 'misterio' de las alfombras

Unos días después, ya en octubre, la propia firma nipona reconoció el problema y mandó un aviso a los propietarios de 3,8 millones de Toyota y Lexus en EEUU. Sin embargo, muy pronto estas explicaciones se quedaron cortas. El 25 de noviembre la firma llamó al taller a 4 millones de coches, por un "imprevisto problema al acelerador". El 26 de diciembre, además, se repitió el guión de San Diego: cuatro personas a bordo de un Toyota Avalon murieron en Dallas porque su coche salió de la calzada, aparentemente por un aumento súbito de la velocidad.

Al inspeccionar los restos del automóvil, la policía comprobó que las alfombras habían sido retiradas. Las sorpresas no habían acabado. El 21 de enero la compañía emitió otra llamada a revisión, esta vez por un problema de desgaste interno al sistema de aceleración.

¿Problema mecánico o eléctrico?

Cuatro días después el grupo nipón decidió, bajo la presión del Gobierno de EEUU, parar la producción de ocho de sus modelos en varias fábricas en el país y suspender sus ventas. Eso sí, casi inmediatamente la firma afirmó haber encontrado una solución al problema mecánico y prometió instalarla rápidamente en sus coches. Además, la llamada al taller se extendió a Europa -España incluida-, donde se revisarán 8 millones de coches, debido al mismo problema que se ha detectado en EEUU... pero las plantas europeas siguen trabajado normalmente.

Por si no fuera suficiente, ayer llegó otra posible explicación sobre la causa del defecto al sistema de aceleración de los Toyota: según Afp, la NHTSA investiga si eventuales disfunciones del sistema electrónico de Toyota podrían haber causado el problema, una circunstancia que Toyota había desmentido hace unos días.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky