
En la incertidumbre que domina las últimas horas del voto italiano, bancos, agencias de rating, analistas financieros e inversores tocan madera: los análisis sobre los probables resultados de las elecciones generales (que en Italia se celebran en dos días, el domingo y el lunes, con el objetivo de facilitar el voto también a quien pasa el fin de semana fuera de casa) muestran dos escenarios posibles: la ingobernabilidad -es decir, un Parlamento sin mayoría clara en manos de Berlusconi o, aún peor, del cómico Beppe Grillo- o la victoria de una coaliccion que siga en el camino de las reformas y respete los compromisos europeos.
Por ello, si una victoria de il Cavaliere -en las palabras de RGE Monitor, la firma de análisis del economista Nouriel Roubini- es el acontecimiento "más temido por los mercados", capaz de volver a hacer de Italia e incluso de los otros países periféricos como España "un lugar muy peligroso para los inversores", la apuesta del mundo de las finanzas va por una coalición formada por el centroizquierda de Pier Luigi Bersani y el centro liberal del antiguo tecnócrata Mario Monti.
Una pareja de reformadores
El Partido Demócrata de Pier Luigi Bersani intentará ser autosuficiente y tener mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Pero con la Cámara Alta en vilo por el voto regional (sobre todo en Lombardía, la región de Milán, antiguo bastión de la derecha) "la coalición Bersani-Monti parece inevitable", señala un informe de Mediobanca, el principal banco de negocios transalpino. Y a pesar de los roces de la campaña electoral, esta pareja podría ser la única capaz de garantizar a los que piden los inversores: "Bersani y Monti tienen varios puntos en común en sus programa y su Gobierno respetaría los compromisos con la Unión Europea" añaden los analistas de Roubini.
El pacto entre el líder progresista y el antiguo comisario europeo, no obstante, no está falto de obstáculos, empezando por la dificultad de poner de acuerdo a los liberales de Monti con la izquierda de Sinistra Ecologia e Libertá ya aliada de Bersani. Por esto, la coalición, señalan varios informes, podría no durar toda la legislatura: "El escenario más probable es de elecciones en el medio término" añade Mediobanca. Serían dos o tres años de Gobierno, para que luego se vuelva a votar. Con la esperanza de que dentro de este tiempo Berlusconi ya no se presente.
Il Cavaliere, de hecho, sigue siendo la bestia negra de los mercados: su victoria se considera muy poco probable, aunque podría condicionar el resultado del Senado, dejando a Bersani y Monti una mayoría muy apretada. Para la izquierda es la pesadilla de 2006, cuando el entonces líder Romano Prodi ganó con pocos escaños en la Cámara alta y tuvo que dimitir dentro de dos años por la imposibilidad de gobernar. "El riesgo es que tras las elecciones haya una pérdida de impulso en las reformas estructurales" avisa la agencia Standard&Poor's. Por ello, desde RGE Monitor aconsejan "estar cortos sobre Italia y sobre los otros países perifericos". Es decir, por el miedo de que Italia se entregue a la ingobernabilidad, es mejor alejarse también de los países más cercanos como España.
Sin embargo, en las últimas semanas Berlusconi ha ralentizado su recuperación, dejando espacio al Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo, el único que consigue llenar las calles con mítines en contra del sistema corrupto de los partidos. Una pesadilla para el mundo de las finanzas ya que una proeza electoral del cómico podría entregar un Parlamento sin mayoría, obligando Italia a celebrar nuevas elecciones dentro de unos meses. Pero a Grillo los informes le dan igual: "Abriremos el Parlamento como una lata de atún", es su grito de guerra.