No sólo los altos cargos de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento han sido investigados en los últimos meses por ex agentes de la Policía y la Guardia Civil. El polémico presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, fue también una de las víctimas de los equipos de seguimiento que se han creado, según han confirmado a elEconomista fuentes próximas a la Benemérita.
Varios ex agentes habrían participado en estas labores. En algunas ocasiones, Blesa fue seguido fuera del trabajo, encontrándose en la vía pública y en compañía de personas de su círculo más íntimo.
Todo parece indicar que existen, al menos, dos equipos de investigación distintos en la trama, aunque con el mismo objetivo: el poder en el Partido Popular y en la entidad financiera. Fuentes cercanas a la Comunidad de Madrid insisten, no obstante, en que se barajan varias hipótesis en torno al seguimiento al que ha sido sometido también alguno de sus altos cargos, como Ignacio González, vicepresidente, portavoz del Ejecutivo autonómico y mano derecha de Aguirre.
Al margen de la batalla de poder en Caja Madrid y en el Partido Popular, se especula también con la posibilidad de un encargo por parte de un empresario privado.
Distanciamiento
Miguel Blesa es presidente de Caja Madrid desde el año 1996 y está estrechamente ligado al alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón, que trata de mantenerle ahora a toda costa en el cargo. Una gestión marcada por los escándalos, especialmente durante los meses que duró la guerra de ofertas por Endesa, provocaron la división en la caja y las primeras peticiones de cese.
Las labores de espionaje realizadas por los equipos de seguridad en la Comunidad de Madrid habrían empezado en abril, poco después de que se celebraran las elecciones generales, tras la derrota de Mariano Rajoy y en pleno debate por su sucesión. De acuerdo con las fuentes consultadas, el origen sería, de hecho, una lucha por el poder en el Partido Popular.
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