El Gobierno prevé aprobar este mes una reforma energética anunciada como integral, suficiente para dar "estabilidad financiera" al sistema, y de la que sólo se conocen grandes objetivos y apenas algunas pistas de cómo se concretará, lo que mantiene al sector preocupado y a la expectativa.
A pesar de este secretismo, tanto el ministro de Industria, José Manuel Soria, como el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, han dado algunas pinceladas y han advertido de que las medidas "no van a gustar pero son imprescindibles" para atajar la generación del déficit de tarifa, principal problema del sector.
El Programa Nacional de Reformas aprobado en abril ya avanzó que la del sector eléctrico se materializaría en una modificación de la Ley del Sector Eléctrico de 1997 y se desarrollaría en normas reglamentarias posteriores.
Además, advertía de que el texto que se apruebe incluirá "mecanismos de estabilización y revisión de las retribuciones de modo periódico y adaptado a las circunstancias" económicas.
Esta misma semana, Soria ha dado una pista de cómo podrían adaptarse estas retribuciones para que todas las actividades reguladas (transporte, distribución, primas a las renovables o sistemas insulares y extrapeninsulares) reciban unas rentabilidades "similares y razonables".
El ministro apuntó a una fórmula vinculada a la evolución de la deuda pública, "el Tesoro más una serie de puntos", que ha hecho sacar la calculadora en todas las empresas, intentando cuantificar el impacto de estos cambios.
Miedo a un recorte
Todos los sectores temen que las "revisiones en profundidad" del sistema impliquen un recorte, que en el caso de las renovables podría situarse entre el 10 % y el 20 %, han publicado esta semana varios medios extranjeros.
Y, como es habitual, cada uno (grandes eléctricas, distintas asociaciones de renovables o pequeñas distribuidoras) ha comenzado a apuntar al otro como origen del problema. Especialmente activo ha sido el sector renovable advirtiendo de que muchas empresas ya no sobrevivirían a nuevos recortes.
Soria ha insistido en que el "coste" de esta reforma se repartirá entre el Estado, las empresas del sector y los consumidores, aunque Nadal ha descartado rebajar el límite para disfrutar de la tarifa regulada mientras "no estén garantizadas las condiciones de competencia para el consumidor doméstico", algo que actualmente no sucede.
La reforma también legislará sobre la regulación del autoconsumo de electricidad, incluida la opción del balance neto -que permite vender al sistema la energía que no se necesita-, y que implicará que los usuarios que se acojan a esta opción paguen "peajes".
28.000 millones de déficit de tarifa
De nuevo, el objetivo de las medidas es resolver el desfase entre los ingresos y los gastos, que persisten en el sistema eléctrico a pesar de los cambios regulatorios aprobados desde principios del pasado año para combatir el déficit de tarifa, una deuda que ya supera los 28.000 millones de euros.
Entre estas medidas figuran la moratoria para la concesión de primas a nuevas instalaciones renovables, el recorte a la retribución de la distribución y el transporte o la aprobación de una serie de impuestos a la generación eléctrica.
A esto hay que añadir los cambios en la retribución del régimen especial y la ley para impulsar la competencia en los sistemas extrapeninsulares, todavía en trámite parlamentario.
Acabar con el déficit estructural
Estas normativas permiten reducir el desfase entre costes e ingresos a unos 4.000 millones de euros anuales, aunque este año no se generará déficit de tarifa gracias a las medidas extraordinarias aplicadas -traspaso de los costes extrapeninsulares a Presupuestos, crédito extraordinario de 2.200 millones y recaudación de las subastas de CO2-.
Sin embargo, estas medidas no pueden prolongarse en el tiempo y el sistema necesita ser autosuficiente sin necesidad de ayuda de los Presupuestos, lo que hace imprescindible una reforma que modifique sus bases y acabe con esos 4.000 millones de déficit estructural. La incógnita, como siempre, es de dónde se recortará para enjugar esa cifra.