
La incertidumbre de las entidades españolas, principalmente de las cajas de ahorros, está beneficiando a los bancos extranjeros afincados en España. Las filiales de entidades como Barclays, ING Direct, HSBC, Citi, BNP Paribas o Mediolanum han incrementando su peso en el mercado de gestión de depósitos a pasos agigantados.
En concreto, los seis principales beneficiados se han llevado un mínimo de 11.000 millones de euros en cuatro meses, según los últimos datos publicados por la AEB. Este es el negocio visible, porque, según fuentes del sector, existe una vía oculta: la correspondiente a la fuga de dinero a otros países. Muchos clientes, explican las mismas fuentes, están abriendo cuentas directamente en el extranjero, a través de estas filiales.
Las grandes fortunas y las empresas son especialmente sensibles con el riesgo y la incertidumbre. Pero en esta crisis también lo están siendo los particulares. Todos los colectivos se interesan por la seguridad de su dinero y, cuando les puede la inquietud, actúan en consecuencia.
El éxodo
La movilidad de recursos desde mayo, momento en que estalló la crisis de Bankia y posteriormente se solicitó el rescate para el sector bancario a Europa, ha ido en aumento. Además de este efecto de inestabilidad, la migración se exacerbó por una cuestión meramente técnica derivada de la degradación de la calificación de la calidad crediticia de parte del sector.
La bajada, principalmente a bono basura, generó un éxodo del dinero de empresas que tienen por exigencia estratégica retirar sus depósitos de bancos que pierdan determinada nota de rating. Poco importa si se pierde por debilidad de la entidad o por efecto arrastre de la situación de España y la degradación de la calificación de la deuda soberana.
En este contexto, los grandes beneficiados son estos seis: los británicos Barclays y HSBC, el francés BNP Paribas, el estadounidense Citigroup, el italiano Mediolanum y el holandés ING Direct. Su ganancia ha sido a través de todas sus franquicias, tanto de banca minorista como de sus divisiones de inversión o banca personal.
Hay una parte del aumento de los depósitos que no obedece a imposiciones a plazo tradicionales o cuentas de ahorro de empresas, familias, sicavs, etc. En el caso de Barclays, por ejemplo, buena parte de su avance se debe a la nueva gestión de titulizaciones de deuda. La pérdida de rating impide a algunos bancos españoles seguir gestionando bajo su administración este tipo de títulos.
Distintas estrategias
La transferencia hacia la banca extranjera no había sucedido hasta el momento en nuestro país. La fuerte competencia entre las entidades nacionales (bancos y cajas) había supuesto un muro infranqueable para las entidades foráneas, que les impedía ganar grandes cuotas de mercado. Desde mayo, la barrera se ha traspasado por primera vez.
Barclays, HSBC y BNP Paribas focalizan más su estrategia en banca privada (grandes patrimonios) y corporativa y de sus divisiones que se dedican a estos negocios provienen el aumento de los depósitos. Por su parte, el robo de ahorros en el caso de Citibank, ING Direct y Mediolanum procede del segmento minorista (particulares y pequeñas empresas).
Cabe destacar el crecimiento que ha experimentado Mediolanum, una marca menos conocida para el público general. Ha duplicado el volumen de depósitos gestionados en cuatro meses. La entidad, que opera telefónicamente y a través de gestores personales, no quiere desaprovechar el ambiente favorable y tiene en marcha una campaña publicitaria para impulsar su imagen de marca.
Excepciones nacionales
En esta coyuntura no todos los grupos financieros españoles están viendo salir el dinero de sus clientes, sino todo lo contrario. Vienen de otras entidades, básicamente de las antiguas cajas de ahorros.
Dos de ellos, los bancos Santander y Popular, están arañando cuota de mercado. En los nueve primeros meses del año, el primero elevó su parte del pastel en 1,25 puntos porcentuales. En el caso del segundo, lo hace en 0,6 puntos.
Y estas ganancias se han producido en un mercado cada vez más pequeño, debido a la crisis económica y al impacto de la fuga de ahorros y capitales a otros países. Los depósitos en España han caído en los últimos meses, tendencia que se ha frenado en septiembre, según las cifras publicadas por el supervisor.
Desde marzo el volumen venía experimentando un descenso. Sólo la activación de la guerra de los depósitos tras el verano ha permitido mejorar saldo en el conjunto del sistema en 14.600 millones. Buena parte del sector ha puesto en marcha campañas agresivas, con rentabilidades que llegan al 5 por ciento en algunos casos, para retener la marcha de ahorros, aprovechando el fin de la penalización por altas remuneraciones.