España

Los centros comerciales no escapan a la crisis: las 'vacas flacas' llegan al Avenida M-40

En la imagen, entrada al centro comercial Avenida M-40.

La crisis también pasa factura a los centros comerciales. Este hecho, unido a la concentración de estos 'templos del consumo' en espacios que distan escasa distancia entre sí, ha provocado que diversos locales del centro comercial Avenida M-40 tengan que echar el cierre. Y este no es el único caso de estos espacios dedicados al ocio y al consumo que en la actualidad van a la deriva.

En el centro comercial Avenida M-40, situado en La Fortuna (Leganés), es posible no sentir el agobio propio que se asocia a una tarde de compras. Entrar en alguna de las tiendas, que todavía resisten a las vacas flacas y no han echado el cierre, no significa ya la espera interminable en las colas de los probadores o en la línea de cajas.

Muchos locales echan el cierre

El imperio Inditex también se ha visto resentido en este espacio dedicado al ocio y consumo. Como ha recogido el diario El Mundo en su versión digital, tiendas como Zara, Pull & Bear o Bershka ahora permanecen cerradas con persianas de aluminio.

Los cines tampoco salvan al Avenida M-40. Uno de sus puntos flacos podría ser que aún no se ofertan películas en 3D así como la proximidad del centro comercial Isla Azul. Por su parte el sector de restauración también se ha visto resentido por estos tiempos difíciles. "Algunos bares, como Bocata, han cerrado", explica una trabajadora de limpieza a elmundo.es.

Pero este no es el único caso de estos 'templos del consumo' que, agobiados por la difiícil situación económica, ofrecen una imagen de desolación y vacío. El centro comercial Opción (Alcorcón) tampoco escapa a la crisis.  "Los cines cerraron hace casi dos años. La bolera acumula polvo. El gimnasio está envuelto en papel de embalaje. Sin embargo, los guardas jurado permanecen en sus puestos", explican algunos de los comerciantes del centro.

"Está ya casi muerto, lleva desintegrándose desde hace tres años porque les interesa a sus dueños",explicaba un camarero.

Que un centro comercial vaya a la deriva también afecta a las viviendas en construcción  próximas a las zonas que ven cómo pierden potenciales compradores. La crisis parece que sigue sin dejar títere con cabeza.

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