España

Rato, candidato a presidir Caja Madrid, pero ¿le dejarán formar su equipo?

La confirmación de que el ex ministro de Economía Rodrigo Rato será el candidato "de consenso" para la presidencia de Caja Madrid zanjó aparentemente la polémica sobre quién relevará a Miguel Blesa al frente de la entidad, pero abrió la gran incertidumbre de si se le permitirá formar el equipo que desee.

Desde que se inició el proceso electoral en la caja, hace ahora más de un año, se barajaron diferentes nombres para sustituir a quien ha dirigido desde septiembre de 1996 la cuarta entidad financiera y promovió su expansión, incluso más allá de las fronteras españolas.

En un primer momento, sonó como candidato el ex secretario de Estado de Hacienda y uno de los vicepresidentes de la entidad, Estanislao Rodríguez-Ponga, al que posteriormente se sumaron otros nombres relacionados con el PP como el del diputado Manuel Pizarro o el del ex secretario de Estado de Economía Luis de Guindos.

Sin embargo, las discrepancias entre los dirigentes madrileños del principal partido de la oposición hizo que entrasen en las quinielas desde Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad y mano derecha de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, hasta el ex vicepresidente económico Rodrigo Rato, apoyado públicamente por el Ayuntamiento que dirige Alberto Ruiz Gallardón.

Cara y cruz de una moneda

González y Rato eran la cara y la cruz de una moneda que decidía al mejor candidato para presidir Caja Madrid durante al menos los próximos seis años, duración de los mandatos en la entidad, con el fin de devolver la estabilidad a sus órganos de gobierno, divididos en los últimos años entre un bloque próximo a las tesis del Ayuntamiento y otro al de la Comunidad.

Aguirre tenía elogios en público para todos los candidatos en liza, pero desde el gobierno regional se encumbraba a González -es "colosal"- como el hombre de consenso, a pesar de que en el resto de los sectores con representación en la caja se le criticaba por su bajo perfil financiero.

En el otro lado de la contienda, el Ayuntamiento de Madrid defendía la figura de Rato y el "número dos" de Gallardón, Manuel Cobo, lamentaba en una entrevista concedida al diario 'El País' lo que "personas cercanas, hoy, a Esperanza Aguirre" estaban haciendo para evitar que el ex ministro optara a la presidencia de Caja Madrid.

Con estas declaraciones se hacía aún más evidente las diferencias entre la Comunidad y el Ayuntamiento, que en lo que llevamos de año ya ha recurrido en dos ocasiones a la justicia, siempre con el pretexto de defender los intereses de los ciudadanos de Madrid en la caja.

El consistorio pidió a la justicia en marzo que aclarara si la ley promovida por el Gobierno de Aguirre, que resta representación especialmente al Ayuntamiento de Madrid y en vigor desde enero, debía regir un proceso electoral iniciado con anterioridad.

Modificada la ley y disipadas las dudas sobre la retroactividad de la norma, el consistorio volvió a pedir a la justicia que paralizara las elecciones de la caja hasta que se determinara cómo debían repartirse los asientos a los que renunció la Casa Real, porque según los nuevos estatutos a las corporaciones municipales ya no les corresponde ninguno.

A la espera de que la juez tome una decisión a este respecto o de que el Ayuntamiento retire el recurso, como ha dicho que está dispuesto a hacer, y el proceso electoral suspendido de manera cautelar se pueda retomar, se vislumbra la elección de Rato como candidato a sustituir a Blesa.

Pero, aunque esto parezca allanar el camino, distintos sectores con representación en la caja advierten de que en el proceso electoral no se renueva sólo la presidencia de la entidad sino buena parte de la Asamblea General, con 320 representantes, y más de la mitad del consejo de administración.

Este último órgano de gobierno estará formado temporalmente por 22 representantes y entre ellos previsiblemente estará Rato, que sería propuesto como miembro de "reconocido prestigio", y que para acceder a la presidencia tendrá que contar con el apoyo de al menos 12 consejeros (la mitad más uno).

Este último trámite parece fácil de conseguir, pues sólo contando con el apoyo de los consejeros del PP obtendría votos de sobra, pero antes de eso deberá conseguir que de la Asamblea General de la caja salieran otros representantes que le permitan llevar las riendas de la entidad como él desee.

Además, la Comunidad tiene la posibilidad de elegir a dos consejeros como "personas de reconocido prestigio" sin que sean elegidos por la Asamblea General de la caja.

Es ahí donde los sectores más críticos con las "maniobras políticas" temen que Rato pueda verse atado para formar el equipo de gestión que él desearía, por lo que algunos confían en que además de el consenso para que el ex vicepresidente económico llegue a la presidencia de Caja Madrid es necesario que se sometan a votación en la Asamblea General unas listas cerradas de candidatos.

Así todos los consejeros podrían conocer quiénes pueden pasar a formar parte del equipo de Rato dentro de la gestión de la caja, ante el temor de que el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional pase a presidir la entidad con un equipo impuesto y no con quién realmente desee.

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