Los cinco sospechosos de ser responsables por los atentados del 11 de septiembre del 2001 fueron formalmente acusados por la muerte de cada una de las 2.976 víctimas de los ataques en Estados Unidos. Uno de los acusados aseguró que tal vez no vuelvan a verles ya que les "quieren matar".
Ante un tribunal militar en la base estadounidense de Guantánamo (isla de Cuba), el kuwaití Jaled Cheij Mohammed -presunto cerebro de los atentados-, el yemení Ramzi bin al Chaiba, el paquistaní Alí Abd al Aziz Alí, y los saudíes Walid bin Attach y Mustafá al Hussaui fueron acusados de "complot, ataque a civiles, asesinato y violación de las leyes de guerra, destrucción, secuestro, terrorismo". Los cinco hombres se enfrentan ahora a la pena de muerte.
"Nos quieren matar"
El único acusado que rompió su silencio durante la sesión fue Bin Al Shibn, quien clamó que "Gadafi no está muerto, está en Guantánamo" y advirtió a los presentes que "nos quieren matar en los campos y harán que parezca un suicidio", según el diario El País, en referencia a las torturas a las que han sido sometidos y que ni el mandato de Obama ha podido contrarrestar.
Durante la primera audiencia del juicio, los acusados rechazaron declararse culpables o no culpables por las muertes de las 2.976 víctimas de los ataques en Nueva York, Washington y Shanksville (Pensilvania), y optaron por postergar su decisión.
Tras más de nueve horas de sesión, cuatro de los acusados aceptaron obviar el acta de acusación de 88 páginas que contiene los nombres de las 2.976 víctimas, mientras que Bin Attach pidió que se le leyeran la totalidad de los cargos contra él.
Esta petición podría alargar entre dos y tres horas la audiencia del domingo. Los cinco acusados desafiaron durante toda la jornada al tribunal militar en su primera aparición pública en más de tres años.