Estados Unidos

Romney y Ryan: dos republicanos al rescate del sueño americano

Ryan durante la intervención de madrugada | Reuters

La suerte está echada y la maquinaria electoral en Estados Unidos trabaja a marchas forzadas para determinar quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca. En el circense panorama político del país, esta semana los republicanos coronarán en Tampa, Florida, a Mitt Romney, ex gobernador de Massachussets y a Paul Ryan, congresista por Wisconsin, como los responsables de demostrar al electorado que son el equipo perfecto para garantizar, al menos, la recuperación de la economía más grande del mundo.

La elección de Paul Ryan, presidente del Comité Presupuestario del Congreso y autor de la hoja de ruta republicana para corregir del descomunal déficit del país, como candidato a la vicepresidencia integra una cara amable a la campaña de Romney, sin embargo, la impecable imagen del congresista de Wisconsin, de origen humilde y que integra buena parte de los valores conservadores, todavía no otorga una ventaja clara frente al equipo del presidente Barack Obama y su mano derecha, Joe Biden.

Durante su gran discurso ayer en Tampa, Florida, Ryan afirmó que Romney y él tienen un plan para "reforzar la clase media y crear más de doce millones de empleos en los próximos cuatro años". "Reduciremos el tamaño del gobierno federal", añadió. Al respecto dejó claro que el gobierno debe "dejar de gastar un dinero que no tenemos ... es muy sencillo, en cuanto Obama salga de la Casa Blanca podremos solucionar los problemas económicos", añadió.

Romney y Ryan han conseguido reducir distancias en dos de los tres estados clave para hacerse con la Casa Blanca: Florida y Wisconsin. Por el contrario, en Ohio, Obama sigue sacando seis puntos de ventaja al ex gobernador de Massachussetts desde el pasado 1 de agosto, segun el último sondeo realizado por Quinnipiac/ New York Times/ CBS News.

"La elección de Ryan complace a la base conservadora republicana, añade juventud y la energía a la campaña de Romney además de incluir al Medio Oeste de EEUU en el panorama electoral", explica Joel K. Goldstein, profesor de derecho de la Universidad de Saint Louis. "Con Ryan en la papeleta Romney ignora elección, sin embargo, los problemas con los votantes hispanos dado el historial de Ryan en asuntos de inmigración", añade.

De todas formas, con la economía del país a punto de despeñarse por un acantilado fiscal que podría sumir al país de nuevo en una recesión el año que viene, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional y de la Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU, es importante conocer cuál será la fórmula que Romney y Ryan emplearán para corregir la timida recuperación experimentada a este lado del Atlántico. La campaña del candidato republicano a la presidencia aboga con su receta económica que será capaz de conseguir "una clase media fortalecida".

De acuerdo con Glenn Hubbard, decano de la Universidad de Columbia y uno de los principales consejeros económicos de Romney, a día de hoy existe "una completa falta de claridad en tres áreas importantes de la política económica del gobierno: el futuro de los tipos impositivos para los ciudadanos y las empresas. La trayectoria del gasto público ... y la regulación financiera en particular", asegura. "La falta de claridad en esas áreas ha congelado el negocio y las inversiones". Entonces, ¿cuáles son los planes que contempla el candidato presidencial republicano para solucionar esto?.

1. Impuestos

El código fiscal de Estados Unidos se ha convertido en un enrevesado sistema lleno de lagunas legales que necesitan encontrar solución.

Romney apuesta poner una tasa impositiva del 20 por ciento de los ingresos individuales y eliminar los impuestos sobre dividendos y bienes de capital para aquellos que ganen menos de 200.000 dólares anuales. En el caso de las empresas, el ex gobernador de Massachusetts busca reducir los impuestos corporativos hasta el 25 por ciento, desde el 35 por ciento actual, uno de los más altos del mundo.

Además quiere fortalecer los incentivos fiscales sobre los planes de investigación y desarrollo de las empresas mientras se impone un sistema fiscal territorial que incentive a las multinacionales a repatriar sus beneficios dentro de EEUU.

Desde su punto de vista, los elevados impuestos que actualmente pagan las compañías acaban por afectar a los sueldos de sus empleados.

2. Déficit y deuda pública

Una de las tareas más arduas para la próxima administración será poner en orden el déficit presupuestario y recortar el gasto gubernamental. Ryan ha sido el autor del bautizado como "Camino a la prosperidad", un plan presupuestario que a partir de 2013 promete reducir la deuda estadounidense hasta el 67 por ciento del PIB en 2022.

Aún así, su plan ha sido criticado por omitir detalles. Además, ni Romney ni Obama anticipan ningún cambio en el sistema de Seguridad Social. El plan presupuestario de Ryan incluye un ahorro mediante la reducción de los costes generales del programa sanitario Medicare que se convertiría básicamente en un sistema de subvenciones.

También reduce el coste para el gobierno federal del Medicaid, convirtiéndolo en sistema de subvenciones en bloque para los estados. La campaña de Romney apuesta por recortar el gasto discrecional no relacionado con seguridad en un cinco por ciento de forma inmediata. Poner un tope al gasto federal que debe situarse por debajo del 20 por ciento del valor total de la economía del país.

Además se traspasaría cierto poder y responsabilidad a los gobiernos estatales para que implementen programas efectivos para reducir el gasto. Por último se consolidarían las distintas agencias federales y se alinearía el sueldo de los empleados públicos con sus homólogos en el sector privado.

3. Empleo

Romney cuenta con un programa de 59 puntos con el que rescatar al mercado laboral de Estados Unidos. Sus ideas incluyen iniciativas como la expansión de la producción nacional de energía, la elaboración de acuerdos comerciales con América Latina, acabar con la represión comercial en China así como reducir la tasa del impuesto de sociedades.

El candidato republicano cree en el derecho de los trabajadores a afiliarse o no libremente a un sindicato. Para ejercer este derecho, los trabajadores deben tener acceso a toda la información disponible, ello implica tener en cuenta los beneficios potenciales del sindicato y los costes potenciales para la empresa.

Además apuesta por asegurar a las empresas que, una vez que reanuden sus contrataciones, no tengan que preocuparse por posibles cambios en las normativas laborales sin previo aviso.

4. Energía

El objetivo principal de Romney es incrementar el acceso a los recursos energéticos de EEUU. Para ello pretende realizar cambios racionales y eficientes sobre la regulación, que faciliten el desarrollo de las reservas nacionales de petróleo y gas natural además de permitir una mayor inversión en energía nuclear. Por otro lado también quiere eliminar las regulaciones que destruyen la industria del carbón y sobre todo aprobar la construcción del oleoducto Keystone XL, que permitiría el transporte de petróleo canadiense hasta suelo estadounidense.

En lo que se refiere al uso de las energías renovables, el republicano se distancia de su contrincante demócrata. Desde su punto de vista, el fracaso de los molinos de viento y las plantas solares para ser económicamente viables o hacer una contribución significativa al suministro energético es un buen ejemplo de propuesta favorecidas políticamente y no por la verdadera eficiencia energética del proyecto en sí.

5. Comercio

En este área, Romney hereda el espíritu de Ronald Reagan al que elogia por su apertura comercial, un legado que el presidente George W. Bush culminó con éxito tras negociar once tratados de libre comercio, que abarcaron un total de dieciséis países. Los economistas estiman que estos acuerdos han llevado a la creación de 5,4 millones de nuevos empleos en Estados Unidos y respaldan un total de casi 18 millones de puestos de trabajo. Más allá de los acuerdos comerciales, las exportaciones estadounidenses dan apoyo a casi 10 millones de trabajos en el país.

Es por ello que Romney quiere restablecer la Autoridad de Promoción Comercial, como parte de su administración si se hace con la Casa Blanca, así como culminar las negociaciones para que la Asociación Trans-Pacífico llegue a buen puerto. También quiere ampliar nuevos acuerdos comerciales con naciones comprometidas con la libertad empresarial y el libre mercado.

Por otro lado, Romney quiere acabar con la actitud que hasta ahora la administración Obama ha tenido con Pekín, un hecho que sólo ha beneficiado a la economía china. De ahí que abogue por un enfoque nuevo y audaz para fortalecer esa relación comercial.

6. Sanidad

Mitt Romney ha prometido que durante su primer día como presidente emitirá una orden ejecutiva que facilitará al gobierno federal emitir exenciones a la reforma sanitaria de Obama en todos los cincuenta estados del país. Posteriormente trabajará para que el Congreso derogue la legislación completa lo antes posible.

A partir de entonces, el candidato republicano impulsará políticas que dan a cada estado la facultad de elaborar un plan de reforma sanitaria individual según las demandas de sus ciudadanos. Así, el papel del gobierno federal será la de ayudar al mercado sanitario mediante la creación de condiciones equitativas para la competencia.

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