
La Comunidad Valenciana es el escenario de la última gran polémica de tráfico vivida en España, gracias a la instalación de cámaras con el sistema fotorrojo (el mal llamado radar de semáforo) en cinco municipios de los alrededores de Valencia que están batiendo todos los récords de sanciones.
Según informa 'El Mundo', en los cuatro meses que el sistema lleva funcionando, se han impuesto 23.519 sanciones entre los controles semafóricos de Catarroja, Sedaví, Massanassa, Picanyá y Beniparell, esto es, 200 infracciones diarias.
Las cámaras, instaladas todas gracias a un acuerdo de la Mancomunidad de l'Horta Sud con una empresa malagueña en una operación conjunta, pretendían regular los puntos negros de dichas localidades, pero se han convertido en el gran foco de la polémica.
Y es que, según la versión del medio anteriormente citado, el cambio de color del semáforo se realiza de una forma absolutamente precipitada, con únicamente un lapso temporal de dos segundos en la fase ámbar antes de pasar al rojo, cuando la DGT recomienda un mínimo de 35.
Las multas, de 200 euros y cuatro puntos del carné de conducir, están afectando a gran parte de los vecinos de dichas localidades, que ya se están organizando para reivindicar cambios en los controles.