
Una sola víctima mortal en carretera el último fin de semana. Es el mejor dato desde que se contabilizan los accidentes de tráfico, lo que ha despertado un optimismo generalizado que pronto algunos se han encargado de rebajar: la cifra es positiva, pero deben tenerse en cuenta que, más allá de una mayor conciencia de seguridad vial, otros factores ajenos deben ponderarse a la hora de valorar tan positivos datos.
En este sentido se manifestaba el pasado lunes la asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA), cuyo presidente, Mario Arnaldo, ha llamado a la "prudencia" en la interpretación de los datos. A su juicio, la evidente reducción de las cifras de muertos en carreteras deben ponerse "en relación con el número de vehículos en circulación".
Más contundente ha sido la portavoz del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA), Nuria Alonso, que aunque no ha dudado en calificar la noticia de "positiva" y en reconocer que "las medidas de concienciación dan resultados", también ha querido hacer hincapié en que el dato tiene mucho que ver con que "hay menos desplazamientos debido a la crisis".
Factores como la merma en el mercado de coches, el acuciado encarecimiento del precio del combustible o la imposibilidad para muchas familias de hacer frente a los gastos de mantenimiento de un vehículo son algunos de los factores que están llevando a que cada vez circulen menos automóviles en España y, por tanto, a que las asociaciones de automovilistas relativicen el éxito de la reducción en la mortalidad por accidentes de tráfico.
Menos coches... Pero más antiguos y menos seguros
Sin embargo, las valoraciones de estas organizaciones, al mismo tiempo, contradicen lo promulgado por las patronales de fabricantes y concesionarios, que durante los últimos años han denunciado que el imparable envejecimiento del parque español repercute irremediablemente en la seguridad vial y potencia el aumento de la siniestralidad en las carreteras españolas.
En la actualidad, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), un 42% de los coches del país tienen más de 10 años y se estima que en apenas dos años ya representen más de la mitad del total del parque automovilístico.
Una evolución "extraordinariamente positiva"
Lo cierto es que, pese a los malos augurios de patronales, la cifra de víctimas mortales en accidentes de tráfico sigue descendiendo considerablemente. En 2011, fallecieron 1.479 personas, 250 menos que el año anterior, en lo el entonces director de la DGT, Pere Navarro, calificó de dato "extraordinariamente positivo". Ni siquiera Tráfico pensaba mejorar tanto estos números en tan corto espacio de tiempo. Precisamente, la DGT remarcaba el año pasado que el número de víctimas mortales en carretera se había reducido en un 50% desde 2006.
Por ello, ante esta positiva evolución un tanto inesperada, cabe pensar que, además de otros factores como el incremento de las campañas de concienciación promovidas por la DGT o clubes de automovilistas como el RACC o el RACE o la entrada en vigor en 2006 del carnet por puntos, esa reducción en el número de desplazamientos tiene mucho que ver en esa menor siniestralidad de los últimos años.
Por si acaso, ante un repunte de los coches en circulación provocado por una eventual recuperación económica, Nuria Alonso ha advertido a la DGT de que no debe "bajar la guardia" y "en ningún momento dejar de invertir" en seguridad vial.