En el país de las imitaciones y réplicas de diseños industriales, los garajes de los chinos más pudientes prefieren los originales europeos: Porsche, Ferrari, Audi, BMW o Mercedes-Benz son las marcas más solicitadas del mercado automovilístico premium en China, sin olvidar ese otro escalón, el de las grandes fortunas multimillonarias, a las que los Rolls Royce les siguen haciendo tilín.
Esto se debe a que al chino rico le gustan los mismos coches que al árabe rico o que a muchos de los ricos que pululan por nuestro planeta.
Sin embargo, a China le diferencia el hecho de tener una industria que, de alguna manera, se podría denominar propia, aunque de momento no sea más que una sucesión de copias lo que sale de sus fábricas. Copias estéticas, nada más, pues para que puedan llegar a aplicar la tecnología de última generación aún les queda un largo camino que recorrer. No cabe duda de que ese día llegará, más temprano que tarde y como ha sucedido en otros muchos sectores, la industria china del automóvil será capaz de disponer del suficiente know how como para poder enfrentarse en iguales condiciones de calidad, seguridad y tecnología a los potentes grupos europeos, japoneses, coreanos (que pasaron hace tiempo por una situación muy similar) y norteamericanos.
Riich, con emblema parecido al de Bentley, presentó este coche en Shangai
China es la cuarta potencia mundial y no parece que quiera permanecer durante mucho tiempo en ese bajo escalón. También es verdad que hay un 47% de pobres (700 millones de personas viven con menos de 1,5 euros diarios), casi el mismo porcentaje que existía en 1949. Las desigualdades sociales que siguen existiendo (por ejemplo, o pagas por adelantado al llegar a un hospital, o te mueres), permiten que los salarios sigan siendo mínimos, lo que repercute en el precio final de sus productos, haciéndolos muy competitivos a la hora de exportarlos a otros países.
Sus salones del automóvil han sido año tras año un excelente escaparate para ir comprobando cómo se pasa de vulgares falsificaciones a elaboraciones algo más pensadas. El próximo mes de abril, Shanghai será el escenario de una nueva edición de su feria automovilística y un excelente momento para evaluar sus avances con respecto al 2009, que seguro los va a haber. En todo caso, poderoso caballero es Don Dinero y lo mismo que un diseñador, alma pensante italiana como es Walter da Silva, trabaja en la actualidad para el grupo alemán Audi-VW, mañana él u otro de su calidad lo puede hacer para los constructores chinos.
Test de seguridad
Desde hace unos pocos años venimos descubriendo modelos y marcas desconocidas de coches con origen en China. De los rumores se pasó a los hechos y las marcas chinas de vehículos amenazaban con invadir todos los mercados. Cuando los primeros coches chinos llegaron a Europa, comenzaron las dudas al ver las pruebas de euroNCAP o de ADAC que ya pasaron a la historia por los desastrosos resultados.
Modelo 'GE' de la marca Geely, trata de imitar a un Rolls Royce
De hecho no ha sido hasta comienzos de este año que un coche chino ha alcanzado las cinco estrellas en materia de seguridad. Eso sí, con sus pruebas específicas que distan bastante de lo que se realiza aquí, en Europa, pues se hacen a menor velocidad tanto con las pruebas de choque frontal como lateral. De cara a nuestro país, el grupo Bergé y el fabricante chino de automóviles BYD (Build Your Dreams) han firmado recientemente un acuerdo que permitirá a la compañía española la distribución de los vehículos eléctricos e híbridos de la marca china. El primer modelo que nos llegará el año que viene será el pequeño E6, una copia bastante exacta del Toyota Aygo.