Pruebas

Excelentes sensaciones al volante del Jaguar XF Prestige 2.0 Diesel 180 CV Aut.

Después de evolucionar, mejorar y perfeccionar su berlina XF, Jaguar se convierte en un serio rival a los hasta ahora imbatibles alemanes dominadores del segmento. En su segunda generación, el XF combina el concepto de berlina de lujo con el espíritu deportivo GT que tanto ha caracterizado a la marca británica a lo largo de su historia.

Poderoso, de propulsión trasera, dotado de última tecnología y de carácter sofisticado, reúne todo lo que se espera del plantel más exigente entre las berlinas.

Antes de centrarnos en la versión que nos ocupa, vamos a ver lo que ha cambiado en el nuevo XF, que no es poco. Empezando por la plataforma modular sobre la que se ha desarrollado, se trata de una variante alargada de la usada en el XE. Incorpora una avanzada construcción ligera basada en el uso del aluminio, consecuencia de lo cual el actual XF 2.0D es casi 200 kilos más ligero que su predecesor con el anterior motor 2.2D.

Precisamente es esta nueva generación de motores diésel denominados Ingenium la segunda gran novedad. Ofrecido en dos diferentes potencias, de 163 ó 180 CV, hemos elegido su versión más potente para valorar al XF en esta ponderada motorización que ofrece a la vez prestaciones y consumos más que razonables en el segmento.

Nuevos sistemas multimedia y de ayuda a la conducción mas mejoras en el equipo, terminan por diferenciar notablemente al XF 2016 de su primera edición aparecida en 2008.

Excelentes sensaciones

Desde los primeros kilómetros notamos en el XF 2.0D unas excelentes sensaciones de conducción. Una dirección de asistencia eléctrica EPAS precisa e incisiva y sistema electrónico de reparto de fuerza entre las ruedas en las curvas, nos hacen olvidar que conducimos un coche de casi cinco metros de largo. Con un peso bien equilibrado entre el eje delantero y el trasero, disfrutamos de un comportamiento muy neutro que permite abordar trazados sinuosos con la soltura de coches más pequeños.

Al respecto, la propulsión trasera está muy bien controlada y nunca se convierte en un inconveniente a la hora de aprovechar la excelente motricidad que nos brindan los contundentes 430 Nm del par motor. La respuesta al acelerador es simultánea a cualquier régimen y nos sirve para controlar perfectamente cualquier leve deriva del tren posterior.

A todo lo anterior hay que añadir una amortiguación sobresaliente por su precisión a la hora de estabilizar el coche así como garantizar una comodidad exquisita a los ocupantes del XF. Ni siquiera la condición diésel de esta versión perjudicará este confort de marcha ya que el nuevo motor Ingenium es mucho más silencioso desde el interior que su predecesor 2.2D, indiscreto en su rumorosidad al no estar tan bien aislado.

Dotado de una caja de cambios automática de 8 velocidades con manejo secuencial, el XF 2.0D de 180 CV se convierte en un instrumento perfecto para devorar kilómetros en toda comodidad. Utilizando el control de velocidad de crucero conseguimos registrar medias de consumo rondando los 6 litros a los 100 kilómetros, registro muy notable para un coche de estas dimensiones y potencia.

El XF 2.0D aporta al segmento un plus de satisfacción que podrá derribar algún prejuicio conservador al respecto de las grandes berlinas alemanas. A sus innegables cualidades dinámicas y mecánicas, aporta un estilo propio que le confieren una exclusividad muy interesante en un segmento tan formal.

Lo más destacable

- Placer de conducción

- Comodidad de marcha y maletero

- Motor eficiente

Lo mejorable

- Algún detalle de acabado

- Cambio secuencial brusco

- Ausencia versión familiar

Ficha técnica

Motor: turbodiésel, 4 cil, 1.999 cc

Potencia: 180 CV a 4.000 rpm

Par motor: 430 Nm a 1.750-2.500 rpm

Consumo mixto oficial: 4,3 l/100 km

Transmisión: automática, 8 velocidades

Maletero: 540 litros

Velocidad máxima: 229 km/h

Aceleración 0-100 km/h: 8,1 segundos

Precio: 49.976 euros

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